“Desaparición forzada”: la nueva carátula del caso Maldonado tira por tierra la estrategia de Bullrich

Patricia Bullrich fue ministra de Seguridad entre 2015 y 2019
Créditos: Patricia Bullrich fue ministra de Seguridad entre 2015 y 2019
Por: Border Redacción Remota

La presión de los organismos de derechos humanos fue clave. El cruce entre Cristina Kirchner y la ministra de Seguridad genera ruido en la Rosada. Las medidas que el juez pidió, y las que no. Por qué el Gobierno deberá pensar cómo salir del laberinto. El rol de Noceti y la Gendarmería. La crisis que todos veíamos venir, menos el Gobierno.


La noticia cayó como un balde de agua fría en la errática estrategia oficial. El juez federal de Esquel, Guido Otranto, cambió la carátula de la causa de Santiago Maldonado, el joven visto por última vez el 1 de agosto después de un operativo de Gendarmería cerca de una comunidad mapuche, en Chubut.

Ahora dejó de ser “NN averiguación de delito” para convertirse en “desaparición forzada”.  El cambio, crucial para la investigación, lo confirmó el propio hermano de Santiago, Sergio Maldonado, y lo celebraron los organismos de derechos humanos y los dirigentes gremiales y políticos afines del kirchnerismo que habían viajado a Esquel para entrevistarse con el juez. Hasta la Comisión Interamericana de Derechos Humanos se había pronunciado ya sobre el caso.

Fuentes provinciales aseguraron a #BORDER que la presión de los organismos pudo haber tenido que ver en ese cambio, que nadie esperaba, y que dejó al Gobierno en offside y bastante solo en relación a la causa. Es que justamente, tanto Bullrich como el ministro de Justicia, Germán Garavano, y el secretario del área, Claudio Avruj, habían resistido los reclamos del colectivo de organismos de derechos humanos en la reunión que mantuvieron el martes, y la posibilidad de llegar a un acuerdo de colaboración saltó por los aires por la negativa oficial a aceptar el término de “desaparición forzada”.

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El argumento del Gobierno siempre fue que seguirían lo que dictara la Justicia, y que si no había indicios de una desaparición, el Gobierno no aceptaría el término.

Ahora la jugada de la Justicia le da la razón a los organismos, la familia del joven y los mapuches de la zona, que desde el primer día acusaron a la Gendarmería de haberlo golpeado y luego subido a una camioneta blanca rumbo a Esquel.

Con ese mar de fondo, a todos se les heló la sangre cuando esta semana un llamado al 911 alertó sobre la aparición de un cuerpo en una de los arroyos de la zona. Fue una falsa alarma, pero convenció a todo el mundo que el peor final podría estar a la vuelta de la esquina.

Pintadas en reclamo por Santiago.
Pintadas en reclamo por Santiago.

«Debido a la gravedad del caso, relativo a la desaparición de un joven en el marco de un procedimiento realizado por una fuerza federal, es que  se impulsaron medidas tendientes no sólo a determinar las circunstancias concomitantes a su desaparición sino también a la atribución de responsabilidad de las personas que pudieran ser responsables de su desaparición el pasado 1 de agosto», puntualizó el comunicado de la Fiscalía que obtuvo #BORDER.

Allí también se detalla que se ordenaron «medidas de georreferencia tendientes a ubicar a la víctima y a cada uno de los vehículos» utilizados en ese operativo por la Gendarmería.

Y que «se obtuvieron diversas declaraciones tanto en el predio ocupado (…) y testimoniales en esta dependencia», además de solicitar al Juzgado Federal medidas «que, por razones de lógica investigativa, no pueden ser informadas», precisó la fiscalía.

Los mismos organismos han dicho públicamente que esperaban la separación de su cargo de los gendarmes involucrados en el operativo y su llamado a declarar, algo que todavía no pasó. Bullrich se había plantado en el Senado, al resistirse a “tirar gendarmes por la ventana”, ante los cuestionamientos de senadores de la oposición. Y se sintió ofendida cuando compararon el caso con la dictadura. Con aquella defensa intransigente a la Gendarmería, el giro de la investigación pone todo el peso político sobre ella, lo que genera preocupación en la Rosada.

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Hasta el momento hubo allanamientos en las dependencias de la fuerza, sin resultados positivos. Pero al clima que ya había quedado caldeado después de la reunión en el Ministerio de Justicia, se sumó el cruce entre la ministra de Seguridad y la ex presidenta Cristina Kirchner, en Twitter.

Primero, la ex mandataria acusó a la funcionaria de “mentir” en su declaración en el Senado, donde negó que su jefe de Gabinete, Pablo Noceti, hubiera participado del operativo contra los mapuches en el terreno.

  Para eso subió a las redes una entrevista de radio de Noceti, el día siguiente del operativo. En rigor ahí Noceti no reconoce su participación, sino que asegura que “van a ser detenidos” y van “a judicializar” las protestas de la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM) el grupo que conduce el polémico y repentinamente famoso Jones Huala.   Nadie sabe si era peor que hubiera aceptado su participación o jurado detener a los mapuches rebeldes de la Patagonia, pero de todas maneras Bullrich le contestó a Cristina Kirchner y salió en defensa de su funcionario.

Esta reacción de Bullrich que en el macrismo tildan como “en caliente” generó ruidos en la Rosada. Hay quienes creen que llevar el caso Maldonado a la arena de la política partidaria puede ser extremadamente riesgoso. La ministra viene recibiendo una catarata diaria de reclamos en Twitter y justo elige contestarle sólo a Cristina. Sin anestesia, referentes de organismos de derechos humanos le dijeron esta semana en la cara a Bullrich que no entendían cómo, con su pasado de militante peronista en los ´70 (pertenecía a la JP) había terminado en este Gobierno. La politización del tema llegó a picos complejos.

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A esta altura, es peor el panorama político de Noceti, al que acusan desde que asumió de haber sido socio del abogado que defendió al ex dictador Leopoldo Galtieri, y está en la mira de todos. El jefe de Gabinete de Bullrich reaccionó distinto en las redes: desde que estalló el caso Maldonado le puso candado a su cuenta en Twitter

Noceti twitter
Noceti y su cuenta con candado.

De confirmarse su presencia en funciones en la escena -la ministra dijo que había pasado a saludar-, sería casi imposible sostenerlo.

Así las cosas, la Justicia hoy parece ir un paso adelante del Gobierno, o saber algo que ellos desconocen. Mientras tanto, en el circo de la grieta, dirigentes de Madres, como Taty Almeida, se muestran en Esquel acompañadas por los dirigentes ultrakichneristas Hugo Yasky y Roberto Baradel, repentinamente interesados en la causa mapuche. Una desaparición usada como bandera política parece un juego poco ético. Y sumamente peligroso.

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