El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, afirmó que está decepcionado de Vladimir Putin, su par ruso, ya que este continúa con la guerra en Ucrania a pesar de las negociaciones para lograr a la paz.
El mandatario estadounidense brindó una conferencia de prensa luego de reunirse con el primer ministro británico, Keir Starmer, y allí comentó que pensaba que el conflicto bélico en el país mencionado sería el "más fácil" de resolver "por su relación con Putin".
Sin embargo, a continuación aclaró: “Pero me ha decepcionado, realmente me ha decepcionado. Nunca se sabe en la guerra, suceden cosas muy opuestas a las que uno pensaba". Cuando le preguntaron por qué siente eso sobre Putin, el líder republicano respondió que el presidente ruso ”está matando a mucha gente".
Según la agencia EFE, en ese sentido, Trump planteó que el mandatario de Rusia también está dejando morir a sus militares. “Francamente, los soldados rusos están siendo asesinados en mayor medida que los ucranianos”, mencionó.
Las declaraciones del primer ministro británico
Por su parte, Starmer dijo que es necesario aumentar la presión sobre Vladimir Putin para que termine la guerra. “Debemos ejercer una presión adicional sobre Putin. Solo cuando Trump ejerció presión, este mostró realmente disposición a actuar. Por eso, debemos acentuar la presión”, declaró .
Además, afirmó que Reino Unido trabaja en conjunto con Estados Unidos para “poner fin a la matanza en Ucrania".
Asimismo, manifestó: “En los últimos días, Putin ha mostrado su verdadera cara al organizar el mayor ataque desde el inicio de la invasión, con aún más derramamiento de sangre, más inocentes muertos y violaciones sin precedentes del espacio aéreo de la OTAN”.
“Por eso, hoy hemos debatido cómo podemos fortalecer nuestras defensas, seguir apoyando a Ucrania y aumentar decisivamente la presión sobre Putin para que acepte un acuerdo de paz duradero”, explicó el primer ministro, sobre la reunión con Trump.
Starmer hizo estas declaraciones desde su residencia de campo en Chequers, a unos sesenta kilómetros de Londres, donde recibió al presidente estadounidense en el marco de su segundo día de visita de Estado al país europeo.