En las últimas horas de este lunes, Carlos Loira fue asesinado de un disparo en el abdomen tras un intento de robo en la localidad bonaerense de Villa Fiorito, en el partido de Lomas de Zamora.
El hombre de 49 años había salido a repartir mercadería por su zona cuando lo interceptaron para robarle su camioneta Renault Duster. Según informó la policía, le dispararon cuando el prefecto intentó escapar del robo. Los cinco delincuentes siguen prófugos.
Carlos era padre de dos hijos y había recién cumplido 28 años de casados con su mujer madre de sus hijos, Sonia. De hecho, se había pedido el día en el trabajo para festejar su aniversario este martes, pero fue previamente asesinado.
En diálogo con la prensa, su mujer lo describió como “un policía de ley” y según contaron sus hijos, se auto definía como un amante de su trabajo. De la misma forma, sus amigos y familiares también lo describieron como alguien “muy delicado” con su trabajo.
Si bien la víctima tenía en la Prefectura su fuente de trabajo principal, también trabajaba en un emprendimiento familiar en el que repartía frutas y verduras para poder llegar a fin de mes. Esta actividad se hacía y compartía con su mujer.
Por otro lado, el hijo menor de Carlos tuvo una reacción desgarradora al enterarse de la muerte de su papá. Según contó Sonia, lo primero que le dijo “fue que no lo disfrutó a su papá”. Si bien la hija mayor está haciendo un gran esfuerzo para mantenerse firme en esta tragedia familiar, el adolescente de 15 años “está destrozado y no tiene consuelo ni sabe cómo seguir”.
Asimismo, a través de redes sociales pidieron justicia por la muerte de Carlos Loira. “Justicia hermano. Te voy a extrañar el resto de mi vida. No puedo creerlo. Que fácil que se seca la sangre de un servidor de la Patria. Espero que descanses en paz” escribió su amigo Rubén Alfredo Silva.
Por el momento, se siguen realizando pericias para poder detallar mejor la mecánica del crímen y la cantidad de balas que dispararon. Según estimaron, tres de los cinco delincuentes iban armados.
