El creciente poder de Pablo Toviggino, tesorero de la AFA y figura de máxima confianza de Claudio “Chiqui” Tapia, ya excede el terreno institucional. En Santiago del Estero, su provincia natal, se despliega una red empresarial que avanzó al ritmo de su protagonismo en la conducción del fútbol argentino. Las denuncias recientes por presuntas irregularidades en una mansión con helipuerto en Villa Rosa desataron nuevas miradas sobre un esquema económico que, hasta ahora, se mantenía casi invisible.
Uno de los ejes más visibles de ese entramado se ubica sobre la Ruta 9, en el kilómetro 1148. Allí se levanta el HT Hotel Deluxe, un complejo que se transformó en parada obligada de los equipos que viajan a disputar partidos en el estadio provincial. El detalle no pasa inadvertido: las suites del hotel llevan los nombres Máximo, Valentina y Vittoria, los hijos de Toviggino, indicó el medio TN. En el mismo predio, una estación de servicio operada por Segon SRL completa el circuito. Tanto el logo como el manejo del bar del lugar remiten directamente a HT SRL, la firma vinculada al hotel. Casi enfrente aparece otro elemento inesperado: el cementerio privado Jardín Pentecostés, amplio, con pocas señales de actividad y también administrado por Segon SRL.
La expansión económica
El mosaico societario está marcado por cambios frecuentes de directorios y denominaciones, aunque los apellidos asociados a Toviggino aparecen una y otra vez. El nombre “Neurus”, estampado en el helipuerto de la mansión cuestionada, es otro de los hilos que recorren su universo de negocios. Identifica a un wine bar exclusivo en Santiago del Estero, a una línea de vinos de alta gama elaborada por la bodega mendocina La Vigilia, y a una distribuidora que estuvo en manos de Mauro Javier Paz, exreferente del fútbol femenino y socio en diversas compañías relacionadas con el dirigente. Paz, además, participó de Segon SRL y Norte Argentino SRL, la empresa que factura en el bar que lleva el sello Neurus.
La expansión económica tiene su correlato en lo deportivo. Central Córdoba, el club emblemático de Santiago del Estero, vivió un ascenso acelerado desde que Toviggino tomó protagonismo en la AFA: pasó de la B Nacional a Primera División en apenas dos años, alcanzó una final de Copa Argentina, ganó el torneo local en 2024 y, este año, disputó la fase de grupos de la Copa Libertadores. Ese salto estuvo acompañado por un volumen excepcional de aportes públicos: entre 2020 y 2024, el Ministerio de Economía provincial otorgó al club 58 subsidios por más de 1200 millones de pesos destinados a gastos de funcionamiento, indumentaria y salarios. Ninguna otra institución provincial recibió montos comparables.
La combinación de crecimiento empresarial, vínculos societarios que se entrelazan y un club potenciado por recursos estatales alimenta interrogantes sobre los límites entre poder deportivo, negocios privados y fondos públicos. Con las últimas denuncias en marcha y medidas judiciales activas, el foco sobre Toviggino se intensifica, mientras su estructura en Santiago del Estero sigue mostrando capas que recién comienzan a salir a la luz.



