El Gobierno de la Nación ha dado un paso importante al habilitar la importación de automóviles para particulares, algo que hasta el momento estuvo reservado principalmente para empresas importadoras. Esta nueva resolución, publicada en el Boletín Oficial, permitirá que cualquier ciudadano, cumpliendo con ciertos requisitos, pueda traer un vehículo del extranjero, independientemente de si dicho modelo se encuentra disponible en el mercado argentino.
Con esta decisión, se prevé un cambio significativo en el panorama automotor local, ya que los argentinos ya no están atados a lo que ofrecen los concesionarios nacionales para adquirir un auto nuevo. El acceso a modelos que no se comercializan en el país se convierte, así, en una posibilidad real. Una de las claves de esta medida es la eliminación de la necesidad de presentar las Licencias de Configuración de Modelo (LCM) y las Licencias Ambientales (LCA) para los vehículos que cuenten con certificaciones reconocidas en otros mercados. Estas licencias, que antes representaron un obstáculo para las automotrices y las empresas importadoras, implicaron largos tiempos de espera al ser solicitadas a las secretarías de Industria y Medio Ambiente.
La nueva normativa permitirá que esas importaciones no requieran LCM ni LCA, lo que reducirá la intervención estatal en el proceso. En términos de límites, los ciudadanos no registrados como importadores, es decir, cualquier persona común, tendrán la autorización para traer un vehículo extranjero por año. Es importante destacar que ese automóvil no podrá ser transferido a otro propietario durante un lapso de dos años desde su importación, una restricción pensada para prevenir posibles negocios paralelos en el ámbito de la importación particular.
Desde el Ministerio de Desregulación, se expresó que “este reordenamiento busca optimizar la comercialización de vehículos y mejorar la competitividad del sector automotor, sin comprometer los estándares de seguridad”. Adicionalmente, las autoridades afirmaron que “estas medidas apuntan a dinamizar el mercado automotor, facilitar la importación y producción de vehículos, y reducir los tiempos y costos asociados a los procesos de homologación”.