El Poder Ejecutivo ha iniciado una serie de movimientos concretos de reorganización administrativa, buscando plasmar la nueva forma en que operará el Gobierno tras la asunción de Manuel Adorni en la Jefatura de Gabinete y de Diego Santilli en el Ministerio del Interior. Estos cambios, publicados en el Boletín Oficial mediante un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) y varios decretos, buscan concentrar las energías en la agenda legislativa prioritaria, que incluye el Presupuesto 2026 y las reformas tributaria, laboral y penal.
La llegada de Adorni a la Jefatura de Gabinete responde a una estrategia clara de mejorar la coordinación de la gestión, lo que se traduce en un significativo aumento de sus atribuciones. A través del DNU 793/25, el presidente Javier Milei modificó la Ley de Ministerios y transfirió la Secretaría de Comunicación y Medios, que antes reportaba a Presidencia, a la órbita de Adorni. Esto le otorga el control formal de la comunicación presidencial y de los medios públicos, incluyendo RTA y Contenidos Públicos.
Fusión y readecuación de funciones
Además, la Secretaría de Turismo, Ambiente y Deportes también pasó del Ministerio del Interior a la Jefatura, sumando organismos como el ENARD y el INPROTUR, áreas de especial interés para la hermana presidencial, Karina Milei. El aumento de competencias de Adorni podría compensarse con la posible transferencia de organismos técnicos, como la CNEA y la CONAE, hacia el Ministerio de Economía.
En el caso de Diego Santilli, cuyo ascenso se oficializó en el Ministerio del Interior, la cartera ha sido deliberadamente acotada para un objetivo único y vital: ser el principal interlocutor del Gobierno con gobernadores, intendentes y legisladores en la negociación de las iniciativas de La Libertad Avanza. Para este fin, Santilli se desprendió de dos áreas clave que históricamente pertenecían al Interior: la Dirección Nacional de Migraciones y el Registro Nacional de las Personas (RENAPER), ambas transferidas al Ministerio de Seguridad que lidera Patricia Bullrich.
Esta reestructuración del Interior se interpreta como una "prueba de confianza" para que Santilli se concentre exclusivamente en la articulación territorial y política, mientras que la Presidencia de la Nación, ya sin la Secretaría de Comunicación y Medios, queda reducida a cuatro secretarías, de las cuales solo tres tienen rango ministerial (General, Legal y Técnica, e Inteligencia del Estado).
Finalmente, los decretos también oficializaron la renuncia del exministro del Interior, Lisandro Catalán, y la salida de José Luis Vila, quien se desempeñaba como titular de la Secretaría de Asuntos Estratégicos.




