El juicio oral por la muerte de Diego Armando Maradona quedó completamente anulado y deberá comenzar de nuevo, luego del escándalo protagonizado por la jueza Julieta Makintach, quien fue apartada del proceso tras haber participado en un documental sobre el mismo juicio que dirigía. La situación no solo desató una crisis judicial, sino que provocó un retroceso crítico: se perdieron pruebas clave, testimonios valiosos y hasta causas paralelas en curso.
Durante las 19 audiencias que se lograron desarrollar antes de la nulidad, declararon más de 44 testigos, entre ellos peritos forenses, integrantes de la junta médica que evaluó el estado de salud de Maradona, familiares del exfutbolista y miembros de su entorno más cercano. Sin embargo, todas esas declaraciones quedaron invalidadas por la nulidad del proceso y deberán repetirse en su totalidad una vez que se reinicie el juicio.
Desorden judicial a causa de un “sueño”
Uno de los puntos más delicados es la anulación de la causa contra Julio César Coria, ex custodio de Maradona, quien había sido detenido por orden del tribunal en medio del debate, acusado de falso testimonio. La detención se produjo tras su declaración en sala, pero con la vuelta a foja cero, dicha acusación también queda sin efecto legal. Esto deja en evidencia el nivel de desorden judicial que ahora atraviesa la causa.
Además, entre las pruebas ahora inválidas se encuentran dos allanamientos importantes: uno realizado en la Clínica Olivos, donde Maradona fue operado por un hematoma subdural, y otro en la empresa Medidom, que estaba a cargo de la internación domiciliaria del exjugador. Ambos procedimientos habían permitido secuestrar documentación y dispositivos clave para reconstruir los últimos días de vida del ídolo, pero todo ese material ya no podrá ser utilizado como prueba válida.
También se pierden testimonios fundamentales que aportaron detalles cruciales sobre las condiciones en las que murió Maradona. Entre ellos se destacan declaraciones relacionadas con la autopsia, el deterioro de su salud, las dudas en torno a si debía o no ser operado, la reunión que definió su externación de la clínica y cómo transcurrieron sus últimos días en una internación domiciliaria que, según se describió en la sala, fue inadecuada y sin la atención médica prometida.
La decisión de volver a foja cero no solo representa una nueva postergación de justicia, sino que implica repetir un proceso largo, desgastante y costoso para el sistema judicial, los testigos y los familiares de Maradona. El nuevo juicio aún no tiene fecha definida, pero ya se anticipa que deberá reconstruirse desde cero, como si nada hubiera ocurrido.
La anulación completa de un juicio de esta magnitud no tiene muchos antecedentes en la historia judicial argentina reciente, y deja en evidencia las graves consecuencias de las faltas éticas dentro del Poder Judicial. La figura de Julieta Makintach sigue bajo investigación.