A dos años del ataque de grupo terrorista Hamas que desató la guerra, Israel se prepara para recibir, en los próximos días, a los veinte rehenes que permanecen en la Franja de Gaza, bajo los lineamientos del plan para la paz presentado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que ambos protagonistas de este conflicto bélico aceptaron.
Particularmente en Tel Aviv, la expectativa se concentra en la Plaza de los Secuestrados, el epicentro de los reclamos por la liberación de los cautivos. Allí, Itzik Horn, padre de dos argentinos secuestrados, espera noticias de su hijo menor Itán. El mayor, Yair, fue liberado meses atrás.
“Estoy contando las horas, como los presos que hacían rayas en el almanaque. Tengo optimismo, pero contenido. Hasta que no vea a Itán y al resto de los secuestrados, no voy a creer. Y cuando digo el resto, me refiero también a los cuerpos de quienes fueron asesinados o secuestrados sin vida. Hasta que todos estén de vuelta en casa, el partido no terminó“, expresó, en diálogo con TN.
También contó como vive este momento Yair: "Él está físicamente de vuelta, pero su corazón sigue en Gaza. Va a todos los actos, habla donde puede, pero no puede empezar su recuperación hasta que vuelva Itán".
La última vez que su familia tuvo noticias de Itán fue a través de un video difundido por Hamas, poco después de la liberación del hijo mayor. Horn dijo que fue la primera vez que lo vieron en 500 días y que estaba muy flaco. "Entró con 120 kilos y en el video se lo veía con 70. Imaginate cómo va a salir...“, lamentó.
Al ser consultado por el periodista Gonzalo Ibáñez si cree que este es el inicio una paz duradera, el padre respondió: “Depende de qué llamemos paz. Mientras no se reconozca la existencia de Israel y se siga educando a los chicos en el odio, no la va a haber. Es cierto que la paz se firma con el enemigo, pero tiene que empezar por la educación".
En la plaza, la vigilia continúa y las familias aguardan la confirmación oficial. A su vez, las Fuerzas de Defensa de Israel preparan los operativos para recibir a los rehenes, quienes serán trasladados primero a una base militar para su revisión médica general y luego distribuidos en hospitales de acuerdo a su estado de salud.