Con la aprobación legislativa del Presupuesto 2026, el Gobierno nacional fijó una hoja de ruta donde proyecta un Índice de Precios al Consumidor (IPC) del 10,1% para todo el año próximo. Sin embargo, esta meta —que para el presidente Javier Milei es el resultado natural de un ajuste fiscal sin precedentes— choca con las estimaciones del sector privado.
El informe de LatinFocus ubica la inflación para 2026 en un 23,9%, mientras que el REM que elabora el Banco Central (BCRA) la sitúa en un 19,6%. Si se observa el abanico de consultoras, la disparidad es aún mayor: Econosignal Deloitte se muestra como la más cercana al oficialismo con un 17,1%, pero en el otro extremo, Standard Chartered dispara una proyección del 38%.
Otros números y su proyección
Para consultoras como Max Capital o Empiria, el 10,1% oficial carece de sustento técnico y responde más a un "sesgo optimista" que a una realidad macroeconómica palpable, como así advierten algunos sectores de la oposición en su línea discursiva. Advierten que proyectar una inflación tan baja pone en duda la veracidad del resto de las variables, como los aumentos reales de salarios y jubilaciones.
El presidente Milei sostiene una teoría académica para respaldar su plan. Basándose en una tesis doctoral reciente, el mandatario afirma que el rezago de la política monetaria no es de 18 meses, como indicó a principio de su gestión, sino de 26 meses.
Bajo esta lógica, los efectos del ajuste iniciado al comienzo de su gestión se sentirán con toda su fuerza entre junio y agosto de 2026, momento en el cual la inflación mensual "empezará con cero", según sus propias palabras.
Las bandas cambiarias y su comportamiento
En este contexto, el BCRA ha introducido un cambio de reglas que genera tanto alivio como incertidumbre: a partir de enero, las bandas cambiarias se ajustarán según el último dato de inflación disponible. Mientras que Santiago Bausili (BCRA) y Federico Furiase defienden esta medida como un aporte a la flexibilidad y una reducción de la incertidumbre, algunos analistas ven allí un riesgo de "indexación" que podría “aumentar” los precios si el tipo de cambio se mueve más de lo previsto.
Tras los anuncios sobre el esquema cambiario, el mercado se volcó a los bonos CER, reflejando expectativas de mayor inflación y una desaceleración más lenta de lo que el Presupuesto 2026 promete.



