El revolucionario método que permite construir una casa en 90 días y cuesta 60% menos

El sistema en seco y el steel framing ganan terreno por su velocidad, eficiencia energética y menor impacto ambiental.
Por: #BorderPeriodismo

El método de construcción modular se posiciona como una opción más ágil, limpia y confiable frente a la técnica tradicional que utiliza ladrillos y cemento. Entre sus principales beneficios sobresalen la reducción significativa de los tiempos de obra, la eficiencia energética y un menor impacto ambiental, factores que explican su creciente adopción.

El costo promedio para edificar mediante sistemas en seco oscila entre US$1100 y US$1500 por metro cuadrado. Esta técnica permite acortar los plazos de construcción a la mitad, elimina demoras provocadas por condiciones climáticas y asegura precios fijos durante todo el proceso. Expertos del sector destacan que el sistema modular y el steel framing se consolidan como alternativas más eficientes frente a los métodos tradicionales.

El aumento constante de los costos en la construcción, que acumula un incremento del 94% desde octubre de 2023 según Zonaprop, reavivó el debate sobre comprar una propiedad terminada o construir desde cero. En este contexto, una vivienda con tres ambientes construida con sistema modular puede estar lista en 90 días, una ventaja significativa frente a los tiempos habituales.

Juan Pablo Rudoni, presidente de la Cámara Argentina de Construcción Modular e Industrializada, enfatizó que el punto de partida para apostar por esta técnica es el costo por metro cuadrado. “Hoy hay que pensar hasta US$1.500 por metro cuadrado, y el tiempo de obra se acorta a la mitad respecto del sistema tradicional. Al hacerse modular en fábrica, no hay días perdidos por lluvia ni imprevistos en terreno, y el precio se mantiene cerrado durante todo el proceso”, explicó.

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Este sistema, que incluye variantes como el steel framing, utiliza estructuras de acero galvanizado y paneles prefabricados que sustituyen al ladrillo y cemento convencionales. Además de la rapidez en la ejecución, destaca por su eficiencia térmica y la reducción de costos operativos a largo plazo.

Francisco Pedrazzi, presidente del Instituto de Construcción en Seco (INCOSE), precisó que “el costo total de una obra en steel framing es similar o hasta un 10% menor que una construcción húmeda. Pero donde realmente se nota la diferencia es en el uso: el steel framing reduce los costos de calefacción y aire acondicionado en un 60% respecto a la obra tradicional. Es ahorro pleno durante toda la vida útil de la vivienda”.

Pedrazzi añadió que esta técnica también implica menos emisiones de gases de efecto invernadero, menor desperdicio y una obra más limpia. “La sustentabilidad no es solo ambiental, también económica y productiva: menos residuos, menos tiempos ociosos y menos consumo energético”, resumió.

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Entre los materiales más utilizados en la construcción en seco se encuentran los perfiles de acero galvanizado para la estructura, aislantes térmicos como lana de vidrio y poliestireno expandido (EPS), placas de yeso en interiores y placas cementicias o de fibroyeso en exteriores.

La tecnología ha avanzado con sistemas como EIFS (External Insulation and Finishing System), que combina aislante térmico de EPS con un acabado flexible reforzado con mallas de fibra de vidrio, logrando altos niveles de eficiencia energética y durabilidad sin aumentar los costos, según Pedrazzi.

El plazo de ejecución es un factor clave para quienes eligen este sistema, ya que acortar los tiempos impacta directamente en los costos financieros y la rentabilidad. Rudoni destacó: “En la construcción tradicional, una obra de 180 días puede extenderse fácilmente a 240 por cuestiones climáticas o logísticas. En el sistema modular, eso no ocurre. La productividad es constante y los costos se mantienen bajo control”.

Además de la rapidez, la construcción en seco ofrece mayor superficie útil debido a paredes más delgadas —de 14 a 15 cm frente a 35 a 45 cm en construcciones tradicionales— lo que permite ganar metros habitables sin modificar la superficie edificable.

Federico Azzollini, socio gerente de Icon+, señaló que esta diferencia también impacta en el valor final: “La construcción en seco es entre un 12% y un 15% más económica que la tradicional. Y al ser más rápida, la inflación impacta menos durante el proceso. Esto le da previsibilidad al inversor, porque el precio no se ajusta sobre la marcha”.

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Azzollini destacó que la proporción entre mano de obra y materiales cambia respecto al sistema húmedo: “En el modelo tradicional, los costos se reparten mitad y mitad. En la construcción en seco, la mano de obra representa un 30% o 40% del total, y los materiales el resto. Con la apertura de importaciones y una mano de obra que seguirá subiendo, el sistema se vuelve cada vez más atractivo”.

La expansión de la construcción en seco responde no solo al ahorro y la rapidez, sino también a un cambio de paradigma en la planificación de viviendas. Este sistema facilita diseñar unidades adaptables, ampliar sin complicaciones y mantener costos estables en contextos inflacionarios o de volatilidad.

Rudoni concluyó que la adopción de este método es irreversible: “El mercado busca rapidez, previsibilidad y calidad. Este modelo ofrece las tres cosas: se construye en menos tiempo, con mejor eficiencia energética y a precios controlados. Es un cambio de época para la construcción argentina”.

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