El Senado arranca la semana con dos expedientes que nadie discute en el fondo pero que sí en el cuándo. La emergencia pediátrica, con el Garrahan como estandarte, y la actualización de los presupuestos universitarios llegarán hoy a comisiones para conseguir dictamen. Lo que todavía no está claro es si esas iniciativas aterrizarán en el recinto de inmediato o si quedarán en suspenso hasta la próxima semana.
A las tres de la tarde se pondrá en marcha el primero de los plenarios. Salud, Población y Presupuesto abrirán la ronda sobre el proyecto que instala, por un año, la “emergencia sanitaria de la salud pediátrica y de las residencias nacionales en salud”. El plan es amplio: fondos urgentes para infraestructura, insumos críticos, medicamentos, vacunas, equipamiento médico y personal esencial. También una recomposición salarial inmediata para quienes atienden a la población pediátrica, incluidos los residentes de todas las especialidades, con la garantía de que ningún salario quede por debajo del nivel real de noviembre de 2023.
El Garrahan y el presupuesto en salud
El texto agrega un beneficio extra: eximir del impuesto a las Ganancias a médicos y trabajadores de salud en guardias y horas extras. Como gesto simbólico, se declarará al Hospital Garrahan “institución de referencia nacional en pediatría de alta complejidad”. La Oficina de Presupuesto del Congreso ya hizo las cuentas: entre julio y diciembre el costo fiscal treparía a $65.573 millones.
Un rato después, desde las 16.30, se abrirá el segundo plenario, esta vez con las comisiones de Educación y Presupuesto. Allí se debatirá la otra iniciativa: reforzar los gastos de funcionamiento de las universidades públicas. El mecanismo de actualización toma como base el IPC desde mayo a diciembre de 2024, con ajustes bimestrales. Además, obliga al Ejecutivo a recomponer los sueldos docentes y no docentes desde diciembre de 2023 hasta la sanción de la ley, en línea con la inflación.
No queda ahí: también se establece que las paritarias sean obligatorias y no puedan espaciarse más de tres meses, con actualizaciones mensuales que nunca estén por debajo del IPC. Una cláusula que apunta directo al reclamo universitario de previsibilidad y financiamiento.
Lo cierto es que, con los dictámenes asegurados, la verdadera tensión pasa por la fecha de la sesión. El kirchnerismo presiona para sumar de inmediato estos proyectos al temario junto con la anulación de algunos decretos ya rechazados en Diputados (INTA, Banco de Datos Genéticos, Vialidad). Pero otros bloques creen más prudente esperar al 27 o 28 de agosto, cuando la espuma política del cierre de listas haya bajado.
Así, el Congreso se mueve en una paradoja: los temas de fondo son urgentes, la salud de los chicos, la supervivencia de las universidades, pero la discusión principal gira en torno al calendario y la táctica parlamentaria. La política, una vez más, impone sus tiempos por encima de la urgencia social.