La Cámara Argentina de la Industria del Juguete (CAIJ) emitió una alerta sobre la difícil situación que atraviesa el sector en el cierre de 2025, calificándola como un “escenario crítico” para las fiestas de fin de año y solicitando la implementación de medidas urgentes por parte de las autoridades.
El consumo en jugueterías tradicionales, cadenas y supermercados no muestra signos de recuperación, y la crisis del mercado se evidencia en el cierre de comercios históricos, señalaron representantes del sector a Infobae. Aunque la venta online experimentó un crecimiento, esta modalidad representa apenas el 25% del total de las ventas, insuficiente para compensar la caída general.
El sector también enfrenta un fuerte aumento en las importaciones, las compras puerta a puerta y el contrabando, en un contexto de falta de claridad normativa sobre la seguridad de los juguetes. Entre enero y octubre de 2025, las importaciones alcanzaron 91,3 millones de dólares y 17,5 millones de kilos, con aumentos interanuales del 59,5% en valor y 94% en volumen. China concentra la mayoría de estas importaciones, representando el 85,7% del valor y el 94,4% del volumen.
En un solo año, el número de importadores creció de 199 a 530 empresas, lo que refleja una avalancha sin precedentes en un mercado con demanda en descenso. Esta situación genera preocupación en la CAIJ, que advierte sobre los riesgos que implica esta apertura importadora descontrolada.
La Cámara también denunció la oferta en plataformas de comercio electrónico de juguetes con supuesta certificación internacional que no cumplen con las normativas vigentes. Se detectaron productos que contienen metales pesados y sustancias prohibidas, lo que pone en riesgo la salud de los niños y niñas. Por ello, la CAIJ pidió controles fronterizos más rigurosos, regulaciones claras para la venta online y una trazabilidad efectiva de los productos.
La caída en la demanda se atribuye en parte al aumento del tiempo que los menores pasan frente a pantallas, desplazando su interés por los juguetes físicos. Además, la tasa de natalidad ha disminuido un 42% desde 2015, contribuyendo a la reducción del mercado.
La CAIJ advirtió que la “combinación de mercado saturado, controles insuficientes y productos de bajo valor sin trazabilidad” está llevando a la industria a “niveles extremos de capacidad ociosa”, poniendo en peligro tanto a la producción nacional como a los importadores formales que cumplen con los estándares establecidos.
Ante este panorama, la Cámara solicitó a las autoridades adoptar medidas concretas para proteger la salud de los niños, garantizar una competencia justa y evitar la pérdida de producción y empleo en el sector.



