La periodista y locutora Agustina Peñalva expuso este miércoles, en plena transmisión de C5N, el hostigamiento que viene padeciendo desde hace más de dos meses. Con la voz quebrada y entre lágrimas, relató en vivo el acoso sistemático de un hombre identificado como Walter, que comenzó en redes sociales y escaló hasta convertirse en una amenaza física. “Estoy atada a este dispositivo que es un botón antipánico”, confesó, visiblemente afectada.
Peñalva detalló que el agresor la persigue, la sigue y vive a apenas ocho cuadras de su casa. “Me manda más de 30 mensajes por día. Me dijo que esperaba encontrarme sola. Lo bloqueé en todas las plataformas, pero se abría nuevas cuentas”, explicó. La periodista decidió hablarle directamente en cámara: “No quiero nada tuyo. Te tengo miedo. Solo quiero recuperar mi vida”.
Los antecedentes y la acción de la Justicia
"Quiero poder salir a la calle a tomar un mate, a trabajar tranquila", sostuvo Peñalva en C5N. Luego de que la situación se volvió insostenible y Peñalva recurrió a la Justicia. Ya presentó denuncias en la comisaría 14 y recibió un botón antipánico como medida de protección. “Nunca estoy sola. Tengo que moverme acompañada, con seguridad reforzada. Agradezco profundamente a quienes me cuidan”, expresó.
El acoso no es nuevo. En su programa de streaming Plumas Negras, ya había contado episodios inquietantes: un hombre que la saludó en público, mensajes a su manicura, intentos de contacto en el gimnasio. “Va a todos los lugares donde estoy. Quizá sabe hasta dónde vivo”, advirtió.
Peñalva reveló que el acosador tiene antecedentes por hechos similares y estuvo internado en una institución de salud mental. “¿Cómo es que lo dejan salir libremente?”, se preguntó. La denuncia incluye nombre, apellido y número de teléfono del agresor.
Su testimonio generó una ola de solidaridad inmediata. Colegas, artistas y usuarios en redes sociales expresaron su apoyo y destacaron la valentía de visibilizar una problemática que afecta a muchas mujeres, pero pocas veces se denuncia con tanta crudeza. “Por mi trabajo me tocó contar episodios de este tipo, pero jamás pensé que me iba a pasar a mí”, cerró Peñalva.