Esta mañana Fabián Mazzei contó una experiencia desconocida de su vida y su relación con Araceli González. La misma estuvo marcada por un embarazo y su forma de expresarlo generó grandes emociones en un estudio de televisión: “Ahí estaba. Se veía perfecto eso que ellos llaman ‘saquito’. A mí se me movió la estantería. No podía creer lo que me estaban contando…», comenzó.
«‘¡¿Qué estoy viviendo?!’, me preguntaba a mí mismo. Se ve que la médica leyó mi cara, porque fue muy dulce para explicarme lo que veíamos en la pantalla. íbamos a ser padres”, recordó.
El embarazo que cursaba la actriz, en ese momento atravesaba la semana cinco. «Ara estaba bien, pero muy nerviosa. No sé con exactitud qué transitaba internamente, pero yo sé que me sentí feliz. Era la primera vez que no dudaba en plantar bandera en este país”, continuó Mazzei. Y agregó: “Me acostaba y me levantaba con esa idea preciosa de tener un hijo”.
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Si bien reconoce que todo era una locura, a pesar de los desafíos que debieron enfrentar y la inesperada presión mediática, la pareja construyó una conexión sólida que resistió las adversidades. Sin embargo, este periodo de alegría se vio eclipsado por la pérdida del embrión, un giro inesperado que puso a prueba su fortaleza emocional.
“Fue así que en medio de ese torbellino de estrés emocional, de tanta angustia, recibimos la noticia y una gran desilusión. Dios quiso que el desarrollo del embrión no prosperase. Pero ese embarazo que nos unió más que nunca, también fue parte de las batallas que elegimos para llegar a donde estamos hoy: el camino correcto. Nunca mejor parados en nuestro propio suelo”, agregó.
A pesar de la desilusión y el dolor, este desafío se convirtió en un catalizador para fortalecer su relación. La pareja también debió enfrentarse a rumores infundados y críticas injustas que crearon un entorno hostil. Mazzei, sin embargo, enfrentó estos embates con valentía, poniendo de manifiesto la solidez de su amor:
“Inconscientemente acomodé lo que tocó, sabiendo que llegó sin buscarlo y que así debió ser. Sin darle demasiada vuelta ni pelea al destino. Pero ese mes que vivimos juntos fue muy sanador. Al menos hoy puedo decir que esa sensación maravillosa descripta por tantos hombres al momento de saber que serán padres, yo la tuve. Yo la viví. Yo fui papá de un saquito”.
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Mas adentrado en la conversación, explicó que la terapia se convirtió en un salvavidas emocional para él. Este proceso de autorreflexión y crecimiento personal fortaleció no solo su vínculo con Araceli, sino también su capacidad para afrontar las adversidades.
Mazzei por último expresó como se siente con el hijo de Araceli, Toto Kirzner: «Lo quiero como a un hijo. Digamos que tuve la fortuna de conocerlo. Hasta Tomás, yo no había querido tener contacto, ni relación con ningún hijo de ninguna pareja. Pero este pibe se me metió en el alma”.
Y culmina con una anécdota que a cualquiera le roba el corazón: “Estábamos en Disney, él tenía 8 años. Y al momento de cruzar la calle, me preguntó: ‘¿Puedo agarrarte la mano?’ ¡No nos soltamos más!. Me dio la posibilidad de reencontrarme con el chiquito que fui, introvertido y responsable por demás, para abrazarlo fuerte desde un lugar más lúdico. Sin darse cuenta, Totito es el gran maestro que me hace pensar. Sé que no soy su papá. Pero vivo feliz conformándome con ser su confidente. Con que me llame ante la mínima necesidad. Con que jamás se vaya sin una respuesta. Y con que nunca duda de que aquí voy a estar siempre”.
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