El Gobierno nacional oficializó este jueves una de las medidas económicas más esperadas por el sector agroindustrial: la reducción permanente de los derechos de exportación sobre carnes, granos y productos derivados. A través del Decreto 526/2025, publicado en el Boletín Oficial, se confirmó lo que el presidente Javier Milei había anunciado días atrás durante la inauguración de la Exposición Rural de Palermo: un alivio impositivo con el que la administración libertaria busca impulsar la producción, las exportaciones y la inversión privada en el campo argentino.
La medida establece una baja generalizada de alícuotas. Las retenciones a la carne vacuna y aviar pasan del 6,75 % al 5 %, el maíz y el sorgo del 12 % al 9,5 %, el girasol del 7,5 % al 5,5 %, y la soja, históricamente el cultivo más castigado, del 33 % al 26 %. A su vez, los subproductos como la harina y el aceite de soja también fueron alcanzados por el decreto, con una reducción del 31 % al 24,5 %.
Señal concreta para el Ejecutivo
Para el Ejecutivo, se trata de una señal concreta hacia el mundo productivo, que desde hace años reclama una menor presión tributaria. Pero más allá del gesto político, los efectos económicos proyectados son ambiciosos: según estimaciones de entidades como la Bolsa de Comercio de Rosario y la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, estas modificaciones podrían generar hasta 29 mil millones de dólares extra en ingresos durante la próxima década, gracias al aumento en la producción, las exportaciones y el valor agregado.
Claro que la contracara inmediata será el costo fiscal: los analistas calculan una pérdida de entre 0,1 % y 0,2 % del PBI en recaudación. Sin embargo, desde el Gobierno confían en que el dinamismo generado en otras áreas, consumo, empleo, inversión, ingresos indirectos, compensará progresivamente el impacto inicial. La medida ya está en vigencia y refuerza el rumbo que Milei prometió mantener: menos intervención estatal, más libertad económica y un campo protagonista en la recuperación nacional.