El encuentro de vuelta por los octavos de final de la Copa Sudamericana entre Independiente y Universidad de Chile fue suspendido de manera oficial debido a graves incidentes ocurridos el miércoles por la noche en el estadio Libertadores de América.
La situación comenzó cuando hinchas chilenos lanzaron objetos desde la tribuna Pavoni Alta hacia la tribuna Baja, donde se encontraban los simpatizantes del equipo local. Muchos seguidores de Independiente tuvieron que refugiarse bajo los techos de las gradas para evitar los ataques, mientras que otros ingresaron al campo de juego intentando detener el partido.
A pesar de los pedidos por parte de la voz del estadio para que los fanáticos de la Universidad de Chile abandonaran el lugar y permitir la continuidad del juego, la violencia no cesó. La ausencia de la Policía para controlar los disturbios agravó la situación, lo que derivó en enfrentamientos más violentos.
La barrabrava de Independiente respondió a las agresiones, desencadenando corridas, robos y múltiples agresiones contra los pocos hinchas chilenos que aún permanecían dentro del estadio. El partido fue suspendido en el minuto 48 con un marcador igualado 1-1.
La Conmebol
Tras la suspensión, la entidad responsabilizó a Independiente por la "falta de garantías de seguridad" y remitió el caso a su tribunal disciplinario para definir el futuro de la serie y las sanciones correspondientes. Por su parte, Néstor Grindetti, presidente del club de Avellaneda, calificó como "repudiable" el comportamiento de los hinchas chilenos y denunció que "destrozaron los baños" del estadio.
Desde Chile, Michael Clark expresó que "el fútbol ahora pasa a un segundo plano" debido a la gravedad de los hechos. El presidente Gabriel Boric también se sumó a las críticas, atribuyendo la responsabilidad a la "violencia en las barras" y a la "evidente irresponsabilidad en la organización" del evento. Además, ordenó a su embajador asistir a los heridos tras los incidentes.
La salud de los heridos
Durante la madrugada de este jueves, dos hinchas ingresados al Hospital Fiorito fueron intervenidos quirúrgicamente por graves traumatismos craneoencefálicos. Ambos presentaban fracturas con hundimiento y uno de ellos tenía además tres cortes. Los dos permanecen internados en la unidad de terapia intensiva, bajo pronóstico reservado, a la espera de su evolución.
El Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires informó también que en la noche del miércoles ingresaron otros 11 heridos leves al mismo centro médico, mientras que al Hospital Perón fueron derivados cinco pacientes con lesiones menores, entre ellos, uno con una herida de arma blanca.
