La justicia investiga el hallazgo de una nueva avioneta en un campo de Pergamino, en este caso parcialmente incendiada y busca determinar por qué apareció allí y si pudo haber sido utilizada para el transporte de droga.

La aeronave se encontraba con gran parte del fuselaje dañado por el fuego y dentro no se encontraron personas ni equipaje. La policía investiga la posibilidad de que haya realizado un aterrizaje de emergencia y se haya incendiado durante el mismo o que una vez que tocó tierra, haya sido quemada intencionalmente por los tripulantes con el propósito de borrar huellas.

A 300 kilómetros, otra avioneta abandonada

Por otro lado, los investigadores buscan determinar si la avioneta quemada en la localidad pergaminense de Manuel Ocampo guarda relación con otra que apareció el martes en la zona rural del pueblo de Estación Díaz, al norte de Rosario.

En ese caso, la avioneta no presentaba daños visibles, pero su estado de abandono como si alguien la hubiese dejado allí intentando escapar, llama la atención de quienes tienen a cargo la pesquisa.

Además, las autoridades se mostraron preocupadas por la cantidad de casos de aeronaves que utilizan el corredor agrícola sin ningún registro de vuelo. Esto hace sospechar que pueden transportar estupefacientes o algún otro tipo de carga ilegal. El dato es que ninguno de esos vuelos fue autorizado ni figura en los registros de ningún aeroclub o aeropuerto.

Los sorprendentes antecedentes

La aparición de estas dos aeronaves no es algo nuevo en la zona. Son muchos los pobladores que afirman ver avionetas volando bajo y de manera sospechosa. Muchas veces escuchan el sonido de sus motores, pero no logran verlas ya que sobrevuelan los campos por las noches y de forma ilegal, es decir, sin luces para no ser detectadas.

En 2022, una avioneta arrojó 300 kilos de cocaína en un campo de Rancagua, también en Pergamino. Por ese hecho fueron detenidas cinco personas y todas las miradas apuntaron hacia Marisol Saavedra Chungara, una mujer de 54 años y nacionalidad boliviana, a quien sindican como jefa de una organización que coordina y gestiona esos vuelos ilegales en la zona.

Los investigadores pudieron determinar que ese cargamento tenía como destino final la villa 1-11-14, ubicada en el Bajo Flores. El objetivo era abastecer a las diferentes bandas que allí operan.

Por último, otro antecedente alimentó las sospechas. También en Pergamino y durante el mismo año, otra avioneta apareció siniestrada y abandonada en un campo de la localidad de El Socorro.

En esa oportunidad, los investigadores pudieron determinar que se trataba de un avión proveniente de Bolivia, ya que en su interior encontraron chips telefónicos con líneas de ese país.  Por este hecho hubo nueve detenidos.