Primero, fue el Fondo Monetario Internacional (FMI), que en su última edición de su informe de Monitor Fiscal sugirió a «los responsables de formular políticas considerar una contribución temporal de recuperación» contra el COVID-19 «que grave los ingresos más altos y la riqueza«. Ahora, la Organización de Naciones Unidas (ONU) se sumó al pedido del organismo multilateral de crédito.
Su titular, António Guterres, señaló esta semana en el Foro del Consejo Económico y Social sobre la Financiación para el Desarrollo que, producto de la pandemia del coronavirus, en 2020, alrededor de 120 millones de personas cayeron en la pobreza extrema en el mundo y se perdieron un número de empleos de tiempo completo equivalente a 255 millones de puestos de trabajo.
En ese marco, el responsable de Naciones Unidas dijo que es necesario un acceso equitativo a las vacunas para mitigar los efectos del Covid, y propuso la creación de un nuevo impuesto «solidario»: «Los últimos informes indican que, en el último año, se ha producido un aumento de cinco billones de dólares en el patrimonio de los más ricos del mundo. Insto a los gobiernos a que consideren la posibilidad de aplicar un impuesto de solidaridad o sobre la riqueza a quienes se han beneficiado durante la pandemia, para reducir las desigualdades extremas«.
Antes, a contramano de su historia, el FMI había considerado necesario realizar reformas fiscales para mejorar el acceso a los servicios básicos y poder cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el proyecto de ONU de cara a 2030 que tiene como meta, para ese año, la «eliminación de la pobreza, la igualdad de la mujer y la defensa del medio ambiente«.
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En la conferencia de prensa posterior a la presentación del informe, el subdirector del Departamento de Asuntos Fiscales del FMI, Paulo Mauro, marcó la necesidad de obtener ingresos fiscales adicionales para cubrir el gasto sanitario y en educación, y aclaró que los países deberán abordar este problema de diferentes formas. Indican que se trataría de un gravamen de carácter «temporal» para contribuir a reducir la desigualdad y la erosión fiscal.
SS