El fiscal federal de San Isidro, Fernando Domínguez, imputó este jueves al presidente Javier Milei, a la diputada nacional Lilia Lemoine y a un grupo de referentes libertarios por amenazas, intimidación pública, malversación de caudales públicos, apología del crimen y asociación ilícita. La causa fue iniciada por la periodista Julia Mengolini, quien denunció haber sido víctima de una campaña de odio orquestada desde las más altas esferas del Estado.
El expediente, que tramita en el Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional N°2 de San Isidro, apunta a determinar si los ataques sufridos por Mengolini, incluyendo amenazas de muerte, difusión de datos personales y videos falsos generados con inteligencia artificial, fueron organizados y financiados con recursos públicos.
Una red de hostigamiento, ¿con sello oficial?
Además de Milei y Lemoine, fueron imputados el cineasta oficialista Santiago Oría, el influencer Daniel Parisini (conocido como “El Gordo Dan”) y el abogado Alejandro Sarubbi Benítez. Todos ellos habrían participado en la difusión de contenidos agresivos y falsos contra Mengolini, incluyendo un video deepfake que simulaba una escena íntima entre la periodista y su hermano.
El fiscal ordenó una batería de medidas para identificar a los autores materiales de las amenazas, incluyendo pedidos de información a las empresas propietarias de redes sociales sobre los posteos más violentos y sus principales replicadores. También dispuso custodia policial para Mengolini y su familia, además de la entrega de un botón antipánico.
La escalada comenzó cuando Mengolini, en un programa de televisión, hizo una referencia irónica sobre Milei: “Es un señor que vive con ocho perros y está enamorado de su hermana”. El Presidente respondió desde su cuenta de X acusándola de mentirosa y de representar “la agenda de género del kirchnerismo que persigue opositores”. A partir de ese momento, Mengolini fue blanco de una campaña de hostigamiento que incluyó amenazas, difamaciones y la viralización del video falso. “Soy víctima de una tortura digital que no cesa. Me convirtieron en un personaje siniestro, diseñado para generar repulsión”, declaró ante la Comisión de Mujeres y Diversidad de la Cámara de Diputados.
Grabois: “El que las hace, las paga”
El abogado de Mengolini, Juan Grabois, celebró la imputación y escribió en X: “La Justicia investiga la utilización de fondos públicos para financiar una red de terrorismo psicológico paraestatal. Milei, Lemoine, funcionarios y twitteros libertarios, imputados. Algún límite tienen que tener. El que las hace, las paga”. La causa podría marcar un precedente en la relación entre poder político y violencia digital. Por ahora, la Justicia avanza en la recolección de pruebas y en la protección de la víctima. El resto, está por escribirse.