La provincia de Buenos Aires atraviesa una de las peores inundaciones de los últimos años. Desde hace meses, distintas localidades del interior bonaerense sufren el anegamiento de campos y caminos rurales, pero las lluvias de los últimos días agravaron una situación que ya era crítica.
En la zona de Bragado, las precipitaciones no dan tregua: en solo seis horas cayeron 35 milímetros, mientras que en Bolívar el registro superó los 130 milímetros, dejando miles de hectáreas bajo el agua.
“Acá las autoridades decían que era un charquito nomás”, se quejó María Rosa, vecina de la zona, en diálogo con TN. La mujer explicó que el agua no solo proviene de su localidad, sino también de pueblos cercanos: “Tenemos tres canales cerca y el agua viene de todos lados, pero el problema es que no sale y al no salir se desborda todo”, lamentó.
Aunque el agua aún no ingresó al casco urbano, los vecinos temen que el terraplén que contiene la crecida ceda en cualquier momento. “Está al filo, si desborda, porque el basural ya tiene agua y trae contaminación, complica el camino al hospital y va a ser un desastre”, advirtió María Rosa, que pese al riesgo decidió no abandonar su casa: “Estoy con los animales, ese es el dolor más grande. Si no entra a mi casa me quedo, amo este lugar y mis patrones son como mi familia”.
En Bolívar, el panorama no es distinto. Productores ganaderos intentan trasladar o vender sus animales antes de que el agua avance sobre los campos. Las rutas están intransitables, los puentes cubiertos y varios pueblos quedaron prácticamente aislados.
El periodista Marcos Lede, de Presente Noticias, relató a TN que la tormenta fue tan intensa que “se volaron techos enteros” y que más de 130 milímetros de agua cayeron en pocas horas. En tanto, Urdampilleta fue otro de los pueblos más castigados: no sufría una inundación de esta magnitud desde 1993.
Los daños también alcanzaron al tendido eléctrico y las comunicaciones. Hay postes caídos, antenas rotas y zonas sin conexión de radio o internet. Frente al colapso del sistema, el intendente de Bolívar, Marcos Pisano, informó que el servicio de agua potable se restablecerá en las próximas horas.
Mientras tanto, los vecinos y productores siguen reclamando la presencia del Estado y la ejecución de obras que eviten que la historia vuelva a repetirse. “Es un panorama desolador, pareciera que no va a terminar nunca”, resumió con angustia María Rosa.



