Pablo Laurta, detenido por el asesinato de su expareja Luna Giardina y su exsuegra Mariel Zamudio, integró durante años espacios vinculados a la militancia antifeminista y mantuvo relaciones con referentes de la derecha conservadora de la región. El hombre, actualmente imputado por doble femicidio agravado y privación ilegítima de la libertad, fue presidente del grupo “Varones Unidos”, una organización que difundía contenidos contrarios a las políticas de género y promovía la existencia de “denuncias falsas” por violencia.
De acuerdo con publicaciones en sus redes sociales, Laurta fue uno de los organizadores, en 2016, de la visita de los escritores Agustín Laje y Nicolás Márquez al Palacio Legislativo de Uruguay, donde ambos presentaron uno de sus libros. Ese antecedente lo vinculó directamente con quienes luego se consolidarían como referentes ideológicos de la llamada “batalla cultural” que hoy acompaña al gobierno de Javier Milei.
Su rol en “Varones Unidos”
Desde su rol al frente de “Varones Unidos”, Laurta construyó un discurso centrado en la idea de que los varones eran víctimas del sistema judicial. En una publicación fijada en la cuenta oficial del movimiento, presentó su conflicto con Giardina como un caso emblemático de “injusticia feminista” bajo el título: “Cómo la justicia feminista de Córdoba mantiene a un niño secuestrado en Argentina en un contexto de extorsiones y explotación infantil”. Años antes, en una entrevista en la televisión uruguaya, había cuestionado la ley de violencia de género de ese país, asegurando que creaba un sistema desigual para hombres y mujeres.
Su actividad digital también mostraba afinidad con líderes de la derecha internacional, como Donald Trump y Javier Milei, y adhería a campañas en defensa de figuras mediáticas como Johnny Depp, a quien consideraba víctima de una “industria de denuncias falsas”. En uno de sus posteos escribió: “Para ‘no existir’, como dicen los abogados militantes del feminismo, las #DenunciasFalsas están apareciendo por todas partes”.
Los investigadores analizan ahora si la radicalización de sus ideas y la construcción de un relato de victimización pudieron haber actuado como marco previo a los crímenes. Laurta permanece detenido mientras la fiscalía avanza con las pericias psicológicas y la recolección de pruebas digitales que podrían aportar contexto a su accionar.