Empiezo por Andre Agassi. El “kid de Las Vegas “es hijo de un boxeador olímpico Iraní que emigro a EEUU. Cuenta él que odiaba al tenis en la etapa de menores, porque era sometido a duros entrenamientos por su padre que de ninguna permitió que deje el deporte. Jugaba porque tenía un talento increíble y los resultados lo acompañaban, pero estaba lejos de sentir amor por el tenis. En su biografía narra 2 hechos llamativos.
Uno es que esa famosa melena leonina que lucía junto con los pantaloncitos cortos de jeans, en realidad era una peluca. A punto tal lo traumaba que en la final que pierde en Roland Garros en 1990 frente al ecuatoriano Andrés Gómez, estaba más pendiente de la misma que del partido. Afirmó “pedí a Dios no ganar, sino que no se me cayera la peluca en aquel partido”. El segundo tiene que ver con su relación con las drogas. Contó que durante un año consumió metanfetaminas. Las quejas de los tenistas llegaron pronto, claro que 20 años después. Algunos incluso pidieron que devuelva los trofeos ganados en ese período. Pero Andre no fue el único que tuvo problemas con las drogas.
En efecto, Vitas Gerulaitis, que llegó a ser 4 del mundo (tan conocido en el tenis como en el mundo de la noche), contemporáneo de Vilas, Mc Enroe, Borg, entre otros, fue detenido durante un allanamiento que hizo la policía contra la drogas en locales neoyorquinos. Cocaína era lo suyo y no la tomaba precisamente para jugar mejor. Tuvo una muy extraña muerte. Ni John McEnroe, buen amigo de Vitas, supo nunca la causa y lo sigue considerando un misterio. El tenista fue hallado sin vida sobre la cama en casa de un amigo.
También con la cocaína se vinculó Bjorn Borg, aunque su adicción comenzó una vez retirado del circuito. Precisamente después del tenis inició una actividad empresarial que terminó en la quiebra culpa de las drogas y que lo llevó al intento de suicidio. Por su debacle económica llego colocar en remate sus trofeos, pero la oportuna intervención de John Mc Enroe bloqueó el intento. Tras esa crisis Borg reencauzó su vida.
Boris Becker publicó un libro de memorias. Reconocía Boris que se había vuelto adicto a los tranquilizantes al obsesionarse con dormir ocho horas diarias, ya que necesitaba ese tiempo para rendir al máximo al día siguiente. También que desde su separación con su primer esposa, Barbara Feltus, le pasó de todo: le atribuyeron hijos no reconocidos, impuestos impagos, romances con mujeres casadas. Pero jura que las pastillas quedaron atrás. Actualmente es el coach de Novak Djokcovic.
John Patrick McEnroe ex número uno del mundo, admite que durante seis años estuvo tomando esteroides anabolizantes «que eran legales para caballos, hasta que se decidió que eran demasiado fuertes incluso para los caballos» Su entonces esposa, la recordada actriz Tatum O´Neal, acusó a John de tomar cocaína y marihuana habitualmente. Él lo asume en su autobiografía. Tatum señalo que en 1987 se drogaba con anabólicos para regresar a la cima del ATP Tour: «A mí me hizo adicta a las drogas», dijo Tatum ante jueces y televisiones.
Pero la historia de los Mc Enroe no termina allí. Este año fue arrestado Kevin Mc Enroe, hijo de ambos y de 27 años, por tenencia de drogas. El ex número 1 actualmente es relator de una cadena televisiva de deportes y fue uno de los que le pidió a Agassi que devolviera los trofeos que había ganado cuando uso drogas. A esta actitud se la suele llamar mirar la paja en el ojo ajeno y no la viga en el nuestro…
Ilie Nastase fue un prócer a comienzos de la era moderna y también escribió sus memorias. Lo increíble de esta historia es que el libro sale a la venta un día antes de su boda, pese a que en el texto reconoció que se había acostado con más de 2500 mujeres y que para el eso era tan fácil como tomar una cerveza. Llegó a confesar que perdió su virginidad a los 20 años en París con una prostituta conocida de un amigo de su entrenador, el no menos conocido Ion Tiriac. Nastase evidentemente no era como los políticos que eligen los momentos precisos para decir las cosas.
Rafa Nadal, en su reciente biografía cuenta que su relación con el tío Tony no siempre fue cordial, ya que su tío “utilizaba un lenguaje duro, me gritaba, incluso me asustaba, sobre todo cuando los otros chicos no se presentaban. Si cuando llegaba a entrenar veía que íbamos a estar solos, sentía una tensión en el estómago” Tony Nadal suele afirmar que “El éxito no llega solo, a través del arduo trabajo” Rafa vivió esto como pocos. Soportó entrenamientos muy duros físicos y mentales, quizás más de la cuenta para un chico en etapa de crecimiento, pero como los resultados tapan todo, a Tony no se le puede cuestionar el método. No obstante, llama la atención que Rafa necesitó contar esto a pesar que es muy agradecido de lo que ha hecho el tío por el.
Por último vayamos a la biografía del chileno Marcelo Ríos, escrita por el periodista Nelson Flores quien tenía una estrecha amistad en la época de gloria del chino. Ríos quedo en la historia por ser el único numero 1 del mundo sin haber ganado un Grand Slam. Flores narra que Marcelo vivía desinformado del mundo, tenía un comportamiento déspota con entrenadores y no respetaba a los grandes glorias del tenis. En una oportunidad le preguntó a su técnico Larry Stefanki quién era “el viejo” que lo saludó, en alusión al australiano Rod Laver, ganador de 11 Grand Slam, siete años número uno del mundo. Sin palabras… Otro de los episodios que cuenta el biógrafo fue el incidente con Ilie Nastase, cuando Ríos se negó a firmarle un autógrafo en Montecarlo. El rumano que también era un tipo difícil y le despacho “Es un mono que se cayó del árbol. Para ser un grande, también se necesita ser una buena persona fuera de la cancha. Es un gran un hijo de puta” Además, Nelson reveló los pormenores de una pelea con Weller Evans, uno de los supervisores del ATP Tour. Según el relato, en Indian Wells 2007 Ríos olvidó su ropa en la lavandería del club donde entrenaba. Se cruzó casualmente con Evans y antes de articular palabra alguna, le preguntó por el paradero de su indumentaria. Evans le respondió que tenía la ropa lavada en su habitación y que podía entregársela más tarde. Ríos insistió en que la necesitaba inmediatamente. Evans reaccionó “Primero podrías comenzar por saludar y dar las gracias” Rios respondió “Quédate con ellas, entonces” y se fue. El resultado del conflicto: Ríos encontró su ropa flotando en el jacuzzi del club. Sin dudas la anécdota más increíble que Flores plasmó fue la ocasión en la que el tenista fue al baño de un restaurante en Chile y comenzó a orinar a los presentes sin motivo alguno para hacerlo.
Este repaso tiene un carácter general y no puede abarcarlo todo. Intentó sembrar la curiosidad de los aficionados en punto a que no todo lo que reluce es oro en la vida de los cracks del tenis. Cierro con una frase muy común entre los jugadores: “El tenis te termina quemando la cabeza “ Quizás recordar sus vidas en biografías alivia esas tensiones.