La líder de la oposición venezolana María Corina Machado debió atravesar varios obstáculos para llegar a Oslo, la capital de Noruega donde fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz que fue recibido por su hija horas antes.
La odisea de Machado debió pasar por varias pruebas de fuego, en primer lugar, para poder salir de Venezuela sin ser detectada, donde se encuentra en estado de clandestinidad debido a la persecución que la dictadura de Nicolás Maduro está haciendo sobre ella.
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Si bien la forma en la que salió de su país se mantiene en secreto, se supo que disfrazada, maquillada y con una peluca pudo huir de Caracas. De esa forma y junto a dos acompañantes, consiguió llegar hasta un pueblo pesquero donde pudo abordar una lancha.
Sin embargo, según cita el diario Wall Street Journal, Machado debió pasar por al menos 10 puestos de control militares, los cuales pudieron sortear uno por uno y, una vez en alta mar, la embarcación la trasladó a Curazao, una isla ubicada a unos 70 kilómetros, mientras dos aviones F18 de la Armada de Estados Unidos sobrevolaron en círculos encima de ella.
Desde su nuevo lugar, abordó un avión con capacidad para 13 pasajeros hasta Bangor, una ciudad del estado de Maine, en Estados Unidos donde esperó durante cinco horas y, finalmente, se subió al avión que tras seis horas de vuelo la depositó en Oslo. De esa forma, Machado llegó a la capital de Noruega con la colaboración de familiares, aliados políticos y funcionarios estadounidenses.
A pesar de no haber podido llegar a tiempo a la premiación, la principal referente opositora de Venezuela adelantó a Jørgen Watne Frydnes, presidente del Comité Noruego del Nobel que "personalmente contaré en persona lo que tuve que pasar, al tiempo que agradeció el premio y al pueblo venezolano por el reconocimiento otorgado a su figura.



