Marías Rosales era un joven neuquino que estaba de viaje por toda Sudamérica con su novia Florencia. Hace algunos días habían llegado a la ciudad de Oruro, Bolivia, donde el aventurero recibió una puñalada en el pecho que acabó con su vida. Ahora, su madre denuncia abandono de persona por parte de los médicos que le negaron la atención en el hospital.
La pareja descansaba en la puerta del hotel, cuando un colombiano se acercó a conversar por un rato. Horas más tarde, el hombre volvió y lo invitó a comprar a un almacén. Matías volvió solo al lugar donde se hospedaba y casi desmayado, cuando alcanzó a decir que lo habían apuñalado. Florencia explicó que el asesino intentó robarle y ahora sigue prófugo.
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Tras conocerse la noticia, la madre habló con radio 7 de Neuquén, donde reveló que su hijo no recibió asistencia en ningún momento: «Nadie le hizo RCP, ni en la ambulancia ni en el hospital. Lo dejaron en la vereda tirado y ahí se murió». En exclusiva con #BORDER, la mujer relató que se encuentra en la localidad de Salo, Potosí (Bolivia). Ella está camino a Oruro para poder despedir a Matías: «Me comunico porque se que los medios son la única manera de lograr justicia», aseguró.
Según detalló, el joven tenía signos vitales al llegar al hospital y aún así no fue atendido «por ser argentino», Asimismo, Florencia dio un testimonio desgarrador: «Nos negaron un teléfono para llamar a asistencia, nos trataron de drogadictos cuándo no consumimos nada, nos dijeron que no había ambulancias y hay tres», detalló.
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Un testigo contó en canal 7 que la ambulancia llegó 20 minutos después del desmayo. Como si fuera poco, el doctor lo dio por muerto a pesar de que Matías todavía presentaba latidos: «Tiene pulso leve, ningún hospital lo va a atender», aseveró el mismo.
¿Quién era Matías?
El medio Rio Negro detalló que Rosales tenía 35 años y un hijo de 11. Era albañil, músico y daba clases de guitarra y percusión en su provincia natal. Desde hacía 4 años viajaba como mochilero por todo el continente, en búsqueda de nuevos paisajes y vivencias.
Esa nueva forma de vivir lo llevó a Bolivia, donde estuvo tan solo 24 horas.
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