El hallazgo de los cuerpos de tres jóvenes en una casa de Florencio Varela estremeció a la provincia y puso en alerta a las autoridades. Las víctimas, amigas que desaparecieron días antes en La Matanza, habrían sido víctimas de un brutal ajuste de cuentas vinculado con el narcotráfico.
Brenda y Morena, de 20 años, junto a Lara, de apenas 15, salieron de Ciudad Evita con la intención de encontrarse con un hombre en La Tablada. Testigos las vieron subir a una Chevrolet Tracker blanca, pero nunca regresaron a sus hogares. La investigación reveló que la reunión estaba relacionada con una oferta económica: 300 dólares a cada una a cambio de un encuentro.
La madre de una de las jóvenes, Sabrina, confirmó que las chicas se dedicaban al trabajo sexual. Por su parte, Antonio, abuelo de Brenda y Morena, contó que solían trasladarse en autos por aplicaciones como DIDI para salir a bailar en Flores, aunque esa noche cancelaron esos planes porque “ya las venían a buscar”.
Los cuerpos fueron encontrados en una vivienda situada en la intersección de las calles Jáchal y Chañar, donde vivía una pareja que fue detenida. La mujer admitió que el crimen fue motivado por una venganza y vinculó el hecho con un narco peruano prófugo, líder de una banda que opera en la villa 1-11-14, en el Bajo Flores.
Cuatro personas permanecen detenidas por el triple homicidio, entre ellas la pareja que habitaba la casa donde se encontraron los cuerpos. La fiscalía continúa investigando los vínculos de los sospechosos con bandas de narcotraficantes en el sur del conurbano bonaerense y el papel del vehículo que trasladó a las víctimas desde La Tablada hasta Florencio Varela.
Este caso puso en evidencia la violencia que sufren algunas zonas del conurbano, donde las disputas territoriales y el narcotráfico terminan en tragedias como esta. La búsqueda del prófugo y el esclarecimiento total del triple crimen siguen en marcha, mientras las familias de las víctimas exigen justicia.