El 16 de diciembre de 2024 marcó un cambio significativo en la seguridad del barrio 1.11.14, ubicado en el Bajo Flores, cuando la Policía de la Ciudad asumió el control tras el retiro de la Gendarmería Nacional. Desde entonces, más de 900 intervenciones han sido realizadas en la zona, con un saldo de 845 detenidos y el cierre de 10 búnkers dedicados al narcomenudeo.
Este operativo abarca una superficie total de 12 km², que incluye sectores como Bonorino, Rivadavia I y II, Juan XXIII e Illia I y II. Para garantizar una presencia constante, se desplegaron 331 efectivos de la Unidad Táctica de Pacificación V, conocida como “La Barrial”, que patrulla las 24 horas bajo un modelo de policía de proximidad.
Un dato destacado es que un 34% de los efectivos son mujeres, reflejando el compromiso con la diversidad y la inclusión dentro de la fuerza. En total, la Unidad Barrial cuenta con 1.500 agentes, quienes realizan un promedio de 200 desplazamientos diarios para atender emergencias, incluyendo casos de violencia de género y rescates.
Durante el primer año de gestión, la Policía de la Ciudad intervino en 910 hechos delictivos, de los cuales 293 estuvieron relacionados con la ley de drogas, 125 con lesiones y 108 con robos y hurtos. En particular, se detuvo a 312 personas vinculadas al narcomenudeo, y se incautaron 44.765 dosis de estupefacientes, principalmente cocaína y pasta base, equivalentes a 12.700 gramos de droga.
Más allá del delito: asistencia y emergencias
La función de la Policía de la Ciudad en estos barrios no se limita a la prevención del delito. Los efectivos también intervienen en urgencias para los vecinos: desde primeros auxilios y evacuaciones sanitarias hasta incendios, violencia de género o peleas intrafamiliares.
En su primer año en la 1.11.14, la fuerza porteña buscó consolidar un modelo de cercanía y respuesta rápida, en un territorio donde la seguridad siempre fue un desafío.
