El ministro de Economía Luis Caputo recibió a una delegación de la Unión Industrial Argentina (UIA) encabezada por su presidente Martín Rappallini, junto a referentes de grandes compañías como David Uriburu (Techint), Eduardo Nogués (Ledesma), Modesto Magadán (Arcor) y Rodrigo Pérez Graziano (Stellantis). Los empresarios se retiraron con la sensación de haber sido escuchados y con la promesa de medidas de alivio para el sector, según informó el medio Clarín.
Entre las propuestas que quedaron sobre la mesa figuran la posibilidad de pagar cargas sociales a cuenta de IVA en actividades que hoy permanecen en la informalidad, siempre que se avance en el blanqueo de trabajadores, y la vuelta a considerar valores de referencia en el ingreso de productos importados.
La agenda industrial
La reunión abordó temas sensibles como el impacto de las importaciones, el contrabando, el nuevo régimen de incentivos para pequeñas empresas (RIMI), las bandas cambiarias y la reforma laboral. Llama poderosamente a atención el apoyo de la cúpula de la Unión Industrial al proyecto de Reforma Laboral que propone el oficialismo, frente a la gran cantidad de pérdidas de puestos de trabajo que reflejan los números oficiales, donde se encuentran incluidas parte de las empresas representadas.
En paralelo, la UIA celebró especialmente la implementación de las nuevas bandas cambiarias, que a su juicio evitan el atraso del dólar y “mejoran la competitividad, poniendo un freno suave a algunas importaciones”.

La entidad se mostró muy comprometida con la reforma laboral. El martes se reunió con el bloque radical para acelerar su aprobación y se llevó la impresión de que el proyecto se votará “casi a libro cerrado”. Para los industriales, la normativa apunta a reducir la litigiosidad, dar mayor previsibilidad a las empresas y fomentar la creación de empleo formal, aspectos que consideran centrales para el desarrollo de la industria.
Más tarde, la UIA realizó su última reunión de Junta Directiva de 2025, donde repasó la situación de la industria en el tramo final del año. En un comunicado, la entidad reconoció que la actividad se encuentra "amesetada", con pérdida de puestos de trabajo y dificultades para sostener la producción en varios sectores. El documento detalló que en septiembre se perdieron 4.303 empleos formales y que en los primeros nueve meses del año la cifra ascendió a 21.190 puestos menos. “En 2025, la actividad industrial estuvo signada por una dinámica productiva débil, heterogénea entre sectores y con impacto negativo sobre el empleo formal”, señalaron.
Pese al diagnóstico negativo, los industriales destacaron la estabilización macroeconómica y el equilibrio fiscal como señales positivas. Insistieron en la necesidad de mayor acceso al crédito y en la reducción de la presión fiscal récord para poder competir en igualdad de condiciones.



