El Gobierno de Javier Milei anunció que dejó de aplicar de forma gratuita la vacuna contra la fiebre amarilla en gran parte del territorio nacional y que sólo se seguirá inoculando a aquellas personas que vivan en zonas endémicas, es decir, en aquellas regiones donde la enfermedad se mantiene de forma constante.
En ese sentido, el ministro de Salud Mario Lugones explicó las razones de la nueva medida y, al respecto, señaló que “la salud pública debe proteger a quienes más lo necesitan, no ser un subsidio a quienes viajan al exterior”, en referencia a quienes se la aplican antes de viajar a destinos donde es obligatoria para poder ingresar.
Además, el titular de la cartea sanitaria indicó que “el Ministerio de Salud ha resuelto que a partir de hoy, la vacuna contra la fiebre amarilla se aplicará de manera gratuita únicamente en las zonas endémicas del país”. Esas regiones incluyen a las provincias de Formosa, Misiones, Corrientes, y algunos departamentos de Jujuy, Salta y Chaco.
“De esta manera, quienes viajen al exterior por turismo podrán vacunarse en los centros privados habilitados pagando por la misma”, continuó el funcionario de Javier Milei.
Por último, sostuvo que "esta medida busca garantizar un uso responsable y eficiente de los recursos públicos, priorizando las necesidades sanitarias reales de la población argentina. Los recursos existen y se están orientando hacia una mejor atención a los pacientes, la mejora de las instalaciones y una remuneración más justa para el personal de salud”.
Cuánto costará la aplicación de la dosis y cada cuanto se debe dar un refuerzo
En primer lugar, se informó que el precio por aplicarse la vacuna será de aproximadamente 200 mil pesos. En este punto cabe aclarar que la cobertura es de por vida, pero en algunos países se suele solicitar un refuerzo cada diez años.
Qué es la fiebre amarilla: causas, síntomas y tratamiento
La fiebre amarilla es una enfermedad infeccionsa tropical causada por la picadura de un mosquito infectado. Se caracteriza por presentar síntomas como fiebre alta, dolores musculares, náuseas, vómitos y pérdida de apetito. En casos graves puede producirse un coloramiento amarillo de la piel (de ahí su nombre) y daño hepático y renal.
Si bien no existe un tratamiento específico una vez infectada la persona, la mejor forma de prevención es a través de la aplicación de la vacuna ya que tiene un alto índice de mortalidad.