La ciudad de La Banda, en Santiago del Estero, se encuentra conmocionada por la trágica muerte de Diana, una niña de 9 años, cuyo cuerpo fue hallado en su domicilio sin signos visibles de violencia. María de los Ángeles Russo, madre de la menor, fue detenida tras confesar que le administró clonazepam la noche anterior al fallecimiento.
Según fuentes de la investigación, la mujer sorprendió a los policías que acudieron al lugar al admitir: “Le di clonazepam anoche”. El cuerpo de Diana fue encontrado tendido sobre la cama, y los peritos estiman que su muerte ocurrió en un lapso menor a ocho horas antes del hallazgo, tras ingerir las pastillas entre la cena y la hora de dormir.
La fiscal Natalia Saavedra, responsable de la causa junto con el Dr. Álvaro Yagüe, señaló con cautela que “por el momento tenemos mucha información que chequear” y destacó que “la autopsia nos va a arrojar un resultado o parámetro importante de las causas de la muerte”.
María de los Ángeles Russo permanece detenida, aunque aún no se ha determinado la figura penal bajo la cual será investigada. Vecinos y familiares relataron que la mujer había sido internada en varias ocasiones en centros psiquiátricos de la provincia, aunque solía abandonar los tratamientos ambulatorios. También aseguraron que, a pesar de tener episodios, nunca mostraba violencia hacia su hija.
La noticia causó profunda consternación en la comunidad. Una vecina recordó que Diana iba a recibir su primera comunión en noviembre, lo que añadió un sentimiento más doloroso a la tragedia. La Escuela Santiago Apóstol, donde estudiaba la niña, suspendió las clases y la muestra anual de educación física en señal de respeto y acompañamiento a la familia.
Una de sus maestras despidió a Diana con un emotivo mensaje en redes sociales: “No hay palabras que alcancen. Hoy comparto este abrazo porque refleja todo lo que ella era: ternura, entrega y una pasión inmensa por la danza. Para nosotras la danza nunca fue solo técnica: fue refugio, consuelo, risas en los ensayos y fuerza cuando todo era difícil”.
La docente añadió: “Me enseñó tanto. Me enseñó a cuidarla, a reír con ella, y a entender que el arte puede ser un hogar. Me despido con gratitud por haber sido su maestra y por cada minuto compartido. Llevaré su luz en cada coreografía, en cada ensayo, en cada función. Que su recuerdo nos inspire a acoger más amor y más cuidado”.
 
				 
											 
															



 
 
 
 
 
 
								