En medio del conflicto gremial, mientras los aeronáuticos profundizan sus protestas, desde el PRO presentaron un proyecto de ley para privatizar Aerolíneas Argentinas, un objetivo que el Gobierno nacional tiene desde el inicio de su gestión, pero que no pudo impulsar en la Ley Bases por la falta de apoyos.
La iniciativa fue presentada por el diputado Hernán Lombardi y lleva la firma de otros 20 legisladores de la fuerza que conduce Mauricio Macri a nivel nacional.
El texto
“Años de corrupción, el uso de la empresa como un nicho para acomodar militancia partidaria, y la extorsión por parte de algunos sindicatos, nos han costado millones de dólares a todos los argentinos”, señala entre los fundamentos de la iniciativa que ingresó a la Cámara baja.
Según el proyecto, “en los últimos años, viajar en la aerolínea de bandera se ha convertido en un privilegio para unos pocos, financiado por aquellos que apenas pueden cubrir sus necesidades básicas”. Asimismo, resalta que “para muchos que intentan acceder a este servicio, el alto costo de los pasajes, sumado a la escasa oferta de rutas aéreas, ha representado un obstáculo significativo”.
“La privatización permitirá que Aerolíneas Argentinas opere bajo criterios de eficiencia comercial, mejorando la calidad del servicio y generando un ambiente más competitivo que beneficiará a todos los ciudadanos”, cierra el proyecto.
Un anhelo libertario
Desde la asunción de Javier Milei como presidente, el Gobierno tuvo entre sus objetivos la privatización de las empresas de servicios públicos, entre las que se encuentra Aerolíneas Argentinas, aunque la empresa aérea de bandera quedó fuera del listado de las compañías a vender en el proyecto de Ley Bases ante el rechazo de algunas de las fuerzas aliadas del Congreso.
En medio del paro salvaje de pilotos del viernes, el presidente de la empresa, Fabián Lombardo, ratificó la intención de privatizar Aerolíneas, aunque explicó que, por ahora, el objetivo es llevarla a un punto de equilibrio para que luego pase a ser rentable en un mercado “extremadamente competitivo”.
“Nosotros tenemos que llevar la compañía al mejor estado posible para que los contribuyentes dejen de poner plata”, afirmó.
En ese sentido, el propio Lombardo anunció la semana pasada que 1.500 trabajadores abandonaron la empresa tras los dos programas de retiros voluntarios y acuerdos prejubilatorios concretados desde el inicio de su gestión. A su vez, precisó que durante el primer semestre se redujo el déficit operativo de la compañía en un 70%.
En una carta enviada a los empleados, el ejecutivo indicó que la empresa cerrará el año con una nómina de 10.400 trabajadores, lo que representa una reducción del 13% respecto a diciembre de 2023.