La boleta única de papel hará su debut en las próximas elecciones nacionales, pero el nuevo sistema genera preocupación entre la Justicia Electoral, agrupaciones políticas y organizaciones dedicadas a la transparencia electoral.
Entre los principales temores se encuentra un posible aumento del voto nulo debido a la confusión de los electores al marcar las listas, la posibilidad de impugnaciones durante el recuento y la escasa capacitación brindada por el Gobierno para manejar esta modalidad.
La Justicia Nacional Electoral anticipó que el voto nulo o en blanco podría alcanzar un piso del 3 por ciento, cifra que corresponde al promedio registrado en otros países que estrenaron este sistema, según fuentes judiciales. Por este motivo, califican esta elección, en la que solo ocho distritos elegirán senadores y diputados, como una "de prueba". Se prevé realizar una evaluación profunda del sistema durante el primer trimestre del próximo año.
Los distritos donde se elegirán senadores y diputados son la ciudad de Buenos Aires, Salta, Chaco, Entre Ríos, Neuquén, Río Negro, Santiago del Estero y Tierra del Fuego. En estas jurisdicciones, los votantes deberán colocar dos cruces, una por cada categoría. En el resto de las provincias, solo se votará para diputados con una única cruz.
Los antecedentes
Experiencias previas en Córdoba y Santa Fe, donde la boleta única de papel se aplica localmente desde 2011, muestran un incremento del voto nulo. El abogado y profesor Oscar Blando, quien fue director de Reforma Política y Constitucional en Santa Fe, indicó que el voto nulo para cargos ejecutivos osciló entre el 4 y 5 por ciento. Según Blando, “el 64% se debió a votantes que no elegían ninguna opción, era blanco, pero mostró un crecimiento” y agregó que este nivel de voto nulo es normal en la región.
La confusión principal ocurre porque el elector debe marcar con una cruz la lista elegida en cada categoría. Si se colocan dos o más cruces en distintas listas de la misma categoría, el voto se anula.
El relator electoral del Tribunal Superior de Justicia de Córdoba, José María Pérez Corti, explicó que en esa provincia no hubo un aumento excesivo del voto en blanco ni una reducción significativa de votos positivos al comparar las elecciones de 2007 y 2011. En cambio, para legisladores hubo una disminución del voto afirmativo acompañado por un aumento de votos blancos y nulos que llegaron hasta el 20% y 2%, respectivamente.
En Santa Fe, la difusión y capacitación fueron claves para la aceptación del sistema. Se realizaron campañas con afiches, spots y actividades educativas, involucrando a unos 800.000 estudiantes que aprendieron a votar con boleta única y luego enseñaron a sus familias. En contraste, para esta elección nacional la campaña oficial fue muy limitada. Desde la Justicia Electoral denuncian que “el Poder Ejecutivo no financió la campaña” y que incluso impidieron que ellos mismos llevaran adelante acciones de difusión.
Más dudas
El proceso de votación también genera inquietudes por el tiempo que podría demandar, aunque en distritos con una sola categoría la votación será más rápida. Para facilitar el procedimiento, se colocaron dos biombos por mesa a nivel nacional, donde el elector recibe la boleta, marca con cruces las categorías correspondientes, dobla el papel y lo deposita en la urna, mientras el siguiente votante ya comienza su votación.
Otro punto sensible es la letra pequeña en boletas con muchas listas, como en la ciudad de Buenos Aires. En Santa Fe, para evitar errores, se incluyó una lupa en el kit electoral. En la capital, candidatos recomiendan que los electores lleven anteojos de lectura.
La Cámara Nacional Electoral aconseja a las autoridades de mesa que lleven un conteo meticuloso de votos, usando marcas visibles para evitar errores y que cada boleta sea sellada como "escrutada" para que no se vuelva a contar.
Una encuesta realizada en febrero por Poder Ciudadano y Opinaia reveló que el 70% de la población desconocía la aprobación y uso de la boleta única de papel. Martín D’Alessandro, presidente de Poder Ciudadano, criticó la escasa comunicación oficial y destacó que “los candidatos dedican gran parte de sus spots a explicar dónde poner la cruz”.
Especialistas señalan que en Santa Fe y Córdoba no se registraron fraudes de ese tipo y que durante el recuento solo el presidente de mesa debe manipular las boletas, manteniendo a los fiscales a una distancia mínima para garantizar transparencia.
La boleta única de papel es vista como un sistema “altamente vulnerable” a impugnaciones y posibles irregularidades. La ley establece que si se puede identificar la voluntad del elector, el voto es válido, incluso si la boleta está escrita o rota, pero las interpretaciones partidarias podrían generar conflictos.
En la ciudad de Buenos Aires, un ensayo mostró que muchos electores solo marcaron diputados y omitieron la categoría para senador, lo que podría generar votos nulos o en blanco.



