En el marco de la investigación por el trágico triple homicidio seguido de suicidio que tuvo lugar en Villa Crespo, se menciona el síndrome de Amok como un posible factor que podría explicar el comportamiento de Laura Leguizamón, la madre de la familia involucrada. Este síndrome, que se manifiesta tras períodos de depresión o traumas no resueltos, se caracteriza por un brote violento extremo, algo que la psiquiatría documenta a lo largo de la historia.
El término "Amok", que proviene del sudeste asiático, significa “atacar con furia sin control” y describe situaciones donde una persona, tras haber estado aislada emocionalmente, puede atacar a quienes le rodean, especialmente a su círculo más cercano, frecuentemente culminando en actos de suicidio. En el caso de Leguizamón, se evidencian medicamentos como Sertralina, Midax y Olanzapina en su hogar, lo que sugiere que la mujer está bajo tratamiento psiquiátrico.
Es importante señalar que este síndrome no es reconocido como diagnóstico independiente según el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM-5), aunque se presenta en diversos contextos clínicos relacionados con trastornos psicóticos y depresivos. En los últimos momentos antes del trágico desenlace, Laura Leguizamón ataca primero a su esposo, Adrián Seltzer, de 53 años, mientras este se encuentra en un estado vulnerable. Posteriormente, se dirige a sus hijos menores, Ian e Ivo, quienes intentan hacer frente a la situación.
Fuentes cercanas al caso revelan que, tras cometer los actos violentos, Leguizamón se acuesta junto al cuerpo de su marido, para luego finalmente suicidarse en el baño, lo que deja una estela devastadora en su entorno.
La carta manuscrita hallada en el lugar, escrita con trazo irregular y frases inconexas como “Fue mucho. Los amo. Lo siento”, refuerza la hipótesis de un colapso mental grave. Las expresiones confusas y la aparente desorganización del pensamiento podrían ser indicios de un episodio psicótico.
El caso reaviva el debate sobre la detección temprana de signos de desestabilización emocional y la responsabilidad del entorno y del sistema de salud para intervenir a tiempo.