En una entrevista televisiva que expuso con crudeza las tensiones internas en la política argentina, el expresidente Mauricio Macri rompió el silencio y dejó en evidencia el deterioro de su vínculo con Javier Milei. Desde el estudio de Todo Noticias (TN), el líder del PRO cuestionó la gestión del mandatario, criticó abiertamente a su entorno más cercano y reveló detalles de una relación que, según confesó, hoy se encuentra paralizada.
Lejos del tono diplomático, Macri habló con frustración sobre la dinámica de poder que se instaló en el Gobierno libertario. “Karina Milei está rodeada de los Menem. ¿No ven cómo está La Rioja? Con un feudalismo espantoso. No hay acceso a la información pública”, dijo con dureza. Y advirtió que la falta de articulación política con sectores aliados podría comprometer la viabilidad del rumbo reformista que el propio Milei se propuso encarnar.
El núcleo duro
El expresidente fue más allá y apuntó directamente contra el “núcleo duro” del Ejecutivo, al que denominó como un “triángulo de hierro” integrado por Javier Milei, Karina Milei y Santiago Caputo. A ellos les atribuyó el bloqueo de cualquier intento de integración del PRO al gobierno nacional. “Toda la gente del PRO acompaña el cambio. Hay miles de personas que, con cariño y respeto, si las convocas por la patria, son capaces de volver. Pero no pasó porque el triángulo dijo que no”, sostuvo.
En otro tramo de la entrevista, Macri habló del entusiasmo inicial con el que recibió la propuesta de Milei de construir un proyecto de país bajo la consigna “1870”, en alusión a una Argentina pujante e institucionalizada. “Yo me entusiasmé porque era el sueño que uno tuvo y ahora tenía el mandato. Hoy hay un mandato de cambio profundo”, afirmó. Pero ese sueño, al menos para él, se fue disipando.
La decepción personal también quedó a la vista cuando reveló que ya no tiene contacto directo con el Presidente. “Le he mandado WhatsApps. No tengo explicación, no entiendo. Yo le dije a Milei que tenía que liderar el PRO y él me respondió: ‘¿Cómo voy a hacer eso? Lo lidera usted’”, contó, dejando entrever un desencuentro que va más allá de lo político y alcanza lo humano.
Macri, quien en los primeros meses del gobierno de Milei había sido uno de sus principales respaldos institucionales, hoy parece haber resignado esa apuesta. “Yo me cansé desde el primer minuto del tire y afloje con el Gobierno. Por eso no volví a pedirle de ir a comer a Olivos. Si no se puede avanzar, ¿qué sentido tiene?”, dijo, al tiempo que recalcó que el PRO actuó todo este tiempo “desde la responsabilidad, no desde la conveniencia”.
Finalmente, dejó una advertencia velada sobre el futuro de la relación entre ambos espacios. Aunque aún valora el rumbo de reformas planteado por Milei, dejó claro que el margen para la colaboración se achica cada vez más. “Si no sabés administrar tu energía, si estás peleado con todos, se vuelve muy difícil transformar un país”, concluyó.