Como un rayo en plena tormenta política y bajo el telón de un sugestivo apagón en La Plata, el cierre de listas dejó un movimiento tan estratégico como simbólico: Mayra Mendoza, intendenta de Quilmes y figura de confianza de Cristina Fernández de Kirchner, será tercera en la lista de diputados provinciales por la Tercera Sección Electoral.
El primer lugar será para Verónica Magario, vicegobernadora en ejercicio y candidata testimonial, seguida por Facundo Tignanelli, otro dirigente de peso en el universo camporista. Así lo confirmaron altas fuentes del armado al diario LA NACION, que aseguran que Mendoza dejará la intendencia para asumir en diciembre en la Cámara baja bonaerense.
“La mujer” de Cristina
La decisión no es menor: Mendoza era, desde hace tiempo, la apuesta de Cristina para reemplazar su lugar en la boleta, tras la condena por corrupción en la causa Vialidad que le impide ser candidata. Sin embargo, el kirchnerismo encontró resistencia del sector que responde al gobernador Axel Kicillof, quien impuso su propia línea en las negociaciones más ásperas del último tramo. El domingo por la noche, la tensión se tradujo incluso en un apagón parcial en la red eléctrica platense.
Desde La Cámpora aseguran que Mendoza respetará el mandato de Cristina: quienes se postulen deben asumir, en contraposición con la ola de candidaturas testimoniales que proliferaron en el armado del Movimiento Derecho al Futuro (MDF), el sello "kicillofista", sobre todo entre intendentes que buscan retener sus distritos sin dejar de ocupar un lugar en la lista.
En caso de concretarse su salida, la jefatura de Quilmes quedará en manos de Eva Mieri, actual presidenta del Concejo Deliberante local. Mieri quedó en el centro de la escena en los últimos días tras ser detenida en el marco de los incidentes ocurridos en el domicilio del diputado libertario José Luis Espert.
La movida de Mendoza, que suma el peso territorial de Quilmes al tridente inicial de la lista junto a Magario (La Matanza) y Tignanelli, tiene un objetivo claro: blindar la Legislatura con dirigentes propios, ante una gestión de Kicillof cada vez más distanciada de La Cámpora. El gobernador y Máximo Kirchner no logran disimular una fractura política que ya no se oculta. La tensión creció desde que Kicillof se lanzó a construir su propio espacio, en alianza con intendentes, y se negó a sincronizar el calendario electoral con los tiempos de la expresidenta.
En ese contexto, La Cámpora busca conservar 15 bancas en la Legislatura bonaerense y asegura haber ubicado una cantidad similar de dirigentes con chances de renovar. Sin embargo, el dominio de la primera y la tercera sección electoral quedó finalmente en manos del armado kicillofista, lo que revela una pulseada de poder interna que continúa abierta.
Mientras tanto, el peronismo deberá enfrentar a un nuevo actor en su bastión histórico: Maximiliano Bondarenko, excomisario devenido libertario, fue elegido por Karina Milei y Sebastián Pareja como el candidato fuerte de La Libertad Avanza para disputar la tercera sección. La batalla electoral, ya lanzada, promete una disputa tensa no sólo con la oposición, sino dentro del propio frente oficialista.