La derrota de La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires dejó algo más que una diferencia de trece puntos frente al peronismo: expuso las fisuras internas del oficialismo y aceleró la necesidad de redefinir el rumbo político. Este lunes, Javier Milei convocó a su mesa chica en Casa Rosada para revisar el mapa electoral, ajustar la estrategia y contener el desgaste institucional.
Según pudo saber el medio Todo Noticias, “sin un volantazo, no hay salida”, reconocen desde el entorno presidencial. El diagnóstico incluye desde la relación con los gobernadores aliados hasta el diseño territorial del partido y las líneas discursivas para la campaña nacional. Aunque por ahora se descartan cambios en el gabinete, el clima interno es de revisión profunda.
Los mensajes del oficialismo
La reunión se da en medio de una disputa que ya no se oculta: el enfrentamiento entre Santiago Caputo, asesor presidencial y estratega digital, y los hermanos Menem, Martín (titular de Diputados) y Eduardo “Lule” (subsecretario de Gestión Institucional). “Está todo roto entre ellos y no hay forma de arreglar el vínculo”, admiten desde un sector neutral del oficialismo.
La tensión se trasladó al Congreso, donde el Gobierno perdió casi todas las últimas votaciones. También se sintió en la campaña bonaerense, marcada por escándalos como el caso ANDIS y los audios de Spagnuolo, que involucraron a figuras del entorno libertario. El armador Sebastián Pareja fue quien reconoció la derrota en la sede de LLA.
En ese escenario, la aparición de Santiago Caputo en el escenario junto a Milei y los ministros fue leída como un gesto político. Es la primera vez que el consultor se muestra públicamente junto al Presidente, en línea con el lanzamiento de su perfil oficial en X. Algunos atribuyen la decisión a Karina Milei, otros al propio mandatario.
La fiscalización también será parte del análisis. El PRO aportó 12.000 fiscales, muy por debajo de los 23.000 del balotaje, mientras que LLA movilizó 35.000. “Fue el número que nos pidieron”, explican desde el partido aliado.
De cara a octubre, en Balcarce 50 ya se habla de una estrategia de polarización explícita con el kirchnerismo. La “campaña del miedo” será el eje discursivo, mientras se ratifica el rumbo económico. “Lo económico se va a reforzar y profundizar. No se va a modificar el trasfondo”, aseguran desde el Gobierno. La reunión de este lunes no busca solo revisar números. Es un intento por recuperar cohesión, redefinir liderazgos y evitar que el golpe bonaerense se convierta en una señal de debilidad nacional.
