La Libertad Avanza llega a las elecciones nacionales con expectativas más moderadas que meses atrás. En ese contexto, el presidente Javier Milei ya anticipó que, una vez conocidos los resultados del 26 de octubre, iniciará una reconfiguración profunda del gabinete. Pero los movimientos ya comenzaron: salidas obligadas, fusiones ministeriales en estudio y una disputa creciente entre los dos principales operadores políticos del oficialismo —Guillermo Francos y Santiago Caputo— marcan el pulso de la nueva etapa.
Tres funcionarios dejarán sus cargos para asumir bancas legislativas: Manuel Adorni (Comunicación y Medios), Luis Petri (Defensa) y Patricia Bullrich (Seguridad). Adorni será reemplazado por Javier Lanari, su actual subsecretario, quien evalúa sumar a un periodista de trayectoria como segundo. Karina Milei quiere que Adorni regrese pronto, con un cargo más jerarquizado que aglutine vocería, medios públicos y coordinación de gestión.
Los demás miembros del Gobierno
En Defensa, Petri propuso a su jefa de gabinete, Luciana Carrasco, aunque su falta de terminales políticas complica su nombramiento. También se menciona al jefe del Estado Mayor Conjunto, Xavier Isaac, con vínculos estratégicos en EE.UU., aunque su perfil militar choca con la tradición civil del cargo. En paralelo, se evalúa entregar esa cartera al PRO como parte del acercamiento con Mauricio Macri.
Bullrich, por su parte, pidió que Alejandra Monteoliva la reemplace en Seguridad. También suena Diego Valenzuela, intendente de Tres de Febrero. Pero en Casa Rosada se estudia una fusión entre Seguridad y Justicia, lo que abriría un nuevo esquema de poder.
Mariano Cúneo Libarona dejará el Ministerio de Justicia tras meses de desgaste. Su reemplazo podría ser Guillermo Montenegro, intendente de General Pueyrredón, aunque también se menciona al secretario Sebastián Amerio, operador judicial de Santiago Caputo. Amerio no quiere levantar el perfil, pero Justicia seguirá bajo la órbita del asesor presidencial, que busca evitar el desembarco de figuras ligadas a Macri.
Caputo también proyecta una reforma del Ministerio del Interior, hoy en manos de Lisandro Catalán, mano derecha de Francos. La idea es sumar interlocutores provinciales para garantizar gobernabilidad y avanzar con reformas estructurales. Se mencionan nombres como Rodrigo de Loredo o Diego Santilli, y se evalúa replicar el modelo de Flavia Royón en Minería: figuras provinciales en áreas técnicas.
La tensión entre Francos y Caputo es creciente. El jefe de Gabinete pidió públicamente que Caputo tenga un cargo formal, para asumir responsabilidades políticas. Milei lo empoderó como válvula de contención entre su hermana y el asesor, pero ahora evalúa institucionalizar el rol de Caputo, lo que podría redefinir el equilibrio interno.
Cancillería, Congreso y pulseadas finales
Gerardo Werthein comunicó que no seguirá como canciller si Caputo asciende en el esquema de poder. Karina Milei impulsa a Úrsula Basset como figura de confianza en Relaciones Exteriores. Nahuel Sotelo, cercano a Caputo, descartó públicamente asumir el cargo.
En el Congreso, Martín Menem enfrenta presiones para dejar la presidencia de Diputados. Algunos sectores del oficialismo y aliados impulsan su reemplazo, aunque desde su entorno insisten en que el próximo titular debe ser “100% de La Libertad Avanza”.
La reconfiguración del gabinete será el primer gesto político tras las elecciones. Milei busca consolidar su núcleo duro, ampliar la base de sustentación y ordenar las tensiones internas. El resultado electoral definirá el alcance de los cambios, pero el nuevo mapa de poder ya se está dibujando.