El presidente Javier Milei recibió este lunes en su despacho de la Casa Rosada a Pedrito, un niño de 10 años que se volvió viral tras declarar su admiración por el mandatario en una entrevista emitida por Telefé. El pequeño llegó acompañado por su madre y el periodista Robertito Funes, quien registró el encuentro y lo compartió posteriormente en sus redes sociales.

Durante la charla, Pedrito no dudó en plantearle preguntas directas al jefe de Estado. “¿Por qué no saludaste a Villarruel ni a Macri?”, consultó con soltura, en alusión al gesto del presidente durante el Tedeum del 25 de mayo, cuando evitó saludar a su vicepresidenta y al jefe de Gobierno porteño. “Roma no paga traidores”, fue la respuesta de Milei, con una sonrisa que marcó el tono distendido de la conversación. El niño también defendió el estilo frontal del mandatario ante las críticas: “Dejen a Milei ser Milei”, expresó con firmeza.

“Diez años gloriosos”

En el intercambio, el presidente volvió a ratificar su visión de largo plazo sobre el rumbo del país. “Argentina va a ser una de las potencias del mundo en 30 años. En los primeros diez se van a ver dos tercios de esa transformación. Se vienen diez años gloriosos”, aseguró Milei, quien también reafirmó su intención de buscar la reelección si la situación lo requiere. “Si las condiciones lo ameritan, lo haré. Pero si me reeligen, después de 2031 no me ven más. Me voy”, anticipó.

Milei aprovechó para repasar logros que atribuye a sus primeros meses de gobierno: “Cuando asumí, la pobreza real era del 57%. Hoy está en el 35%. Eso significa que sacamos a 10 millones de personas de la pobreza. Aún falta, pero estamos en el camino correcto”, indicó.

Este no fue el primer acercamiento entre el niño y el mandatario. El pasado 2 de abril, Pedrito ya había visitado la Casa Rosada, donde saludó desde el balcón presidencial e incluso posó con la famosa motosierra que simboliza la gestión de Milei. En aquella ocasión, el presidente le regaló dos libros firmados, uno de ellos dedicado con la frase: “Para Pedro, por convertirse en un guerrero de la libertad. ¡Viva la libertad, carajo!”

El deseo que el niño había manifestado en televisión finalmente se cumplió: conocer al presidente. Esta nueva visita consolidó ese vínculo, convirtiéndose en otro capítulo del fuerte respaldo que el joven simpatizante expresa hacia el líder libertario.