El Gobierno modificó las condiciones para el examen de residencias que los médicos deberán volver a rendir, luego del escándalo y las sospechas de fraude en los escritos. Desde el Ejecutivo apuntaron principalmente a un joven ecuatoriano, que obtuvo es su participación un puntaje de 92, copiándose u obteniendo las respuestas con lentes RayBan Meta. Esta nueva prueba será con controles mucho más estrictos.
Como anteriormente lo había confirmado el vocero de la Casa Rosada, el examen volverá a realizarse para todos aquellos que hayan superado los 86 puntos. Esta prueba desarrollada el 1 de julio, logró vislumbrar que 141 médicos obtuvieron resultados “sospechosos”, como intentó comunicar Manuel Adorni y son quienes serán sometidos a esta nueva instancia de evaluación. Entre las 141 personas sospechadas de fraude, la mayor parte son egresados de universidades extranjeras. Esta nueva etapa será el jueves 7 de agosto y ya fue confirmada en el Boletín Oficial, mediante la Disposición 61/2025.
Cómo será el examen
El Ministerio encabezado por Mario Lugones, avanzará con una prueba de modalidad escrita y con 100 preguntas de opción múltiple. Tendrá que ser respondida con tinta negra y con un tiempo límite de cuatro horas. La jornada comenzará a las nueve de la mañana y se extenderá hasta después del mediodía. Acompañado a los estrictos controles de horario y tinta, también se suma que todos aquellos médicos que rindan no tendrán la posibilidad de ingresar con dispositivos tecnológicos, entre ellos, celulares, relojes, calculadoras y mucho menos anteojos.
Todas las personas que participen, en el caso de que quieran ir al baño, serán acompañados por la organización y personal del Ministerio de Salud, para evitar cualquier tipo de comunicación indebida. Según detalla el anexo normativo que acompaña la medida, la evaluación no se limitará a medir conocimientos teóricos, sino que buscará una mirada más integral del futuro residente. Se priorizará la comprensión profunda de los mecanismos fisiopatológicos, las estrategias diagnósticas y terapéuticas, así como la capacidad de establecer diagnósticos diferenciales con una sólida argumentación clínica. Además, se valorará especialmente la habilidad para articular saberes, comunicar con claridad y actuar dentro de los principios éticos que rigen la profesión.
En cuanto a la calificación, la normativa establece que el nuevo puntaje no podrá superar al obtenido previamente en el examen original. Se permitirá, no obstante, un margen de hasta un 10% de diferencia hacia arriba, en cuyo caso se mantendrá la nota anterior. Sin embargo, si el resultado de la nueva evaluación resulta más bajo, será este último el que se tomará como válido para definir el orden de mérito del postulante.
El Ministerio fue tajante respecto a posibles irregularidades: cualquier intento de manipular o adulterar resultados derivará en la inmediata exclusión del proceso. La advertencia responde a la necesidad de preservar la transparencia del concurso, en un contexto de fuerte atención pública y reclamos por parte de los aspirantes.
Aun así, desde la cartera sanitaria aclararon que este proceso no afectará al grueso de los participantes. De acuerdo a sus cifras, cerca del 95% de quienes se presentaron no deberán rendir nuevamente. La medida apunta a un porcentaje acotado de casos en revisión, aunque no por eso menos significativos. “Nuestro objetivo es resguardar la seriedad, la equidad y la integridad del proceso. Es un deber institucional hacia los postulantes y hacia el sistema de salud en su conjunto”, indicaron fuentes oficiales.