Las proyecciones sitúan el crecimiento del PIB en un 4,5% para 2025, seguido de una expansión del 3% tanto en 2026 como en 2027. Según publicó Infobae, este escenario de estabilidad macroeconómica permitiría que el PIB per cápita recupere, hacia finales de 2026, los niveles máximos registrados anteriormente en 2022.
Una recuperación marcada por la heterogeneidad sectorial
A pesar de las cifras positivas en el balance general, el informe advierte sobre una profunda disparidad entre las distintas ramas de la actividad. La expansión no llegará de forma homogénea a todos los estratos de la sociedad.
- Los Motores del Crecimiento (Sectores Dinámicos):
* Agroindustria: Se beneficia de la baja de retenciones y una mayor previsibilidad climática.
- Minería y Energía: El impulso del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) tracciona proyectos de capital intensivo.
- Intermediación Financiera: El regreso del crédito y la normalización de las tasas reactivan el sector bancario.
- Sectores en Rezago (Concentración de Empleo):
- La industria, el comercio y la construcción enfrentan un panorama más complejo. Estos rubros concentran la mayor parte de la mano de obra formal, por lo que su lento avance dificulta una recuperación rápida del empleo masivo.
Caída de la inflación y el equilibrio fiscal como pilares
La base del programa económico actual reside en la disciplina financiera y el control de los agregados monetarios. El superávit fiscal primario se estima en un 1,6% del PIB para los próximos dos años, lo que consolida la confianza de los mercados.
En cuanto a la evolución de los precios, BBVA Research proyecta un camino de desinflación más optimista que el consenso del mercado:
- 2025: 30% anual.
- 2026: 14% anual (por debajo del 19% previsto por el REM).
- 2027: 10% anual, acercándose a la meta de un solo dígito.
Para lograr estos objetivos, el Banco Central mantendrá tasas de interés reales positivas (entre el 5% y 7% anual) y buscará una acumulación gradual de reservas internacionales a partir de 2026, conforme se normalice el acceso a los mercados de deuda.
El principal reto reside en la brecha entre los sectores que demandan mucho capital pero poca mano de obra, y aquellos que son vitales para el consumo interno pero sufren el ajuste. La sostenibilidad de este ciclo depende de la capacidad del Gobierno para concretar reformas estructurales en materia laboral y tributaria que transformen el rebote actual en un crecimiento potencial de largo plazo.



