Otro de los protagonistas de la relación entre Cristina Fernández de Kirchner y la Justicia será la tobillera electrónica, el dispositivo que la expresidenta deberá usar de forma permanente para controlar todos sus movimientos durante la condena a seis años que debe cumplir.
Pero antes de colocársela, será la Dirección de Asistencia a Personas Bajo Vigilancia Electrónica, que responde a la Subsecretaría de Asuntos Penitenciarios del Ministerio de Seguridad Nacional, el organismo que deberá realizar el informe que determine si la expresidenta deberá ponerse ese mecanismo en uno de sus tobillos.
Cómo es la tobillera electrónica que lucirá Cristina
Se trata de un dispositivo que deberá ser colocado por personal del Servicio Penitenciario Federal. Ellos serán los encargados de sellar el aparato para evitar que pueda salirse o que la expresidenta se lo quite.
La pulsera que se coloca en el tobillo tiene una vida útil aproximada de 104 semanas y está conectada a una especie de teléfono celular que se encontrará en otro punto de la vivienda de Cristina. Ese aparato funciona como si fuese un localizador.
En cuanto a los movimientos, serán bastante limitados. La tobillera envía de forma permanente señales al GPS y no podrá estar a más de cinco metros de distancia de la vivienda. En caso de que el aparato detecte ausencia de señal, se activará una alarma inmediata en el Ministerio de Seguridad.
Al colocarse la tobillera, ésta emite una señal al entrar en contacto con la piel indicando que está puesta. Al cerrarse, transmite una nueva señal y, en caso de quitársela, envía otra en forma de alerta.
Además, el sistema envía alertas permanentes si la persona viola el perímetro prestablecido donde puede moverse. En ese caso, se emite un alerta y personal policial se presentará de inmediato para controlar que todo esté bien.