Julieta Silva, la mujer que atropelló y mató a su novio rugbier hace siete años en Mendoza y que ahora quedó detenida por una denuncia de su actual marido sobre un ataque en su contra, rompió el silencio y sostuvo que el reciente caso "no pasó más que una discusión".
"Pero mi nombre pesa. Solo eso voy a decir", afirmó la mujer desde su arresto con prisión domiciliaria y tobillera electrónica en su casa de la ciudad de San Rafael, donde habló con un canal de televisión abierta.
Silva omitió dar detalles sobre los rasguños y las hinchazones en el cuerpo de su esposo, lo cual fue acreditado por la investigación y derivó en la acusación en su contra por "lesiones leves agravadas por el vínculo" y su posterior detención.
Tampoco dio explicaciones sobre la denuncia presentada por ella misma en la Unidad Fiscal de Violencia de Género. Según informó la Fiscalía de Instrucción N°2 de San Rafael, la investigación comenzó luego de que la pareja de Silva, con quien está casada y tiene una hija de un año (el beneficio de la prisión domiciliaria le fue concedido debido a su condición de cuidadora de la bebé), realizara una denuncia ante el 911 por agresiones.
En cuanto la policía llegó a la casa del matrimonio, los agentes pudieron comprobar las lesiones en el cuerpo del denunciante, lo cual derivó en una medida de prohibición de acercamiento a Silva, mientras avanzaban en simultáneo las primeras pericias con la toma de testimonios y los estudios solicitados ante el Cuerpo Médico Forense.
En 2017, Genaro Fortunato, entonces novio de Silva, murió trágicamente a la salida de un boliche en San Rafael tras haber discutido con ella. Se subió a su auto y él intentó impedir que se fuera, poniéndose delante del vehículo, pero la mujer arrancó y atropelló a su novio.