Quién es Enrique Shaw: el empresario argentino que será proclamado beato

El papa León XIV aprobó un milagro obtenido por el fundador de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE).
Por: #BorderPeriodismo

El Vaticano confirmó que Enrique Shaw, empresario argentino nacido en París en 1921, será proclamado beato, convirtiéndose en el primer empresario en alcanzar esta distinción en dos mil años de historia de la Iglesia católica. La decisión fue firmada por el Sumo Pontífice tras la validación de un milagro atribuido a su intercesión: la recuperación inexplicable de un niño de seis años que sufrió una grave lesión en la nuca provocada por un caballo.

Su historia

Shaw, casado con Cecilia Bunge y padre de nueve hijos, provenía de una familia acaudalada. Su madre, Sara Tornquist, y su padre, Alejandro Shaw, fundador de un banco y del balneario Pinamar, le brindaron un entorno privilegiado. Llegó a Argentina siendo niño y estudió en el colegio La Salle de Buenos Aires. Fue oficial destacado en la Marina y más tarde se desempeñó como gerente general de Cristalerías Rigolleau.

Su compromiso social se reflejó en la fundación de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE), de la que fue primer presidente, y en su apoyo a la creación de la Universidad Católica Argentina (UCA). Además, organizó ayuda empresarial para la Europa posterior a la Segunda Guerra Mundial y participó activamente en la Acción Católica Argentina (ACA) y el Movimiento Familiar Cristiano. Durante el conflicto entre Perón y la Iglesia en 1955, Shaw fue detenido brevemente.

Destacó por promover leyes laborales como la del salario familiar y por su enfoque empresarial humanista. En momentos de crisis en su empresa, evitó despidos implementando un plan que recuperó la rentabilidad sin afectar a los empleados. Cuando a los 42 años enfrentó un cáncer terminal, los trabajadores hicieron una fila para donar sangre, gesto que reflejaba el profundo vínculo que Shaw había construido con ellos.

En 2021, el Papa Francisco reconoció mediante un decreto de la Congregación para las Causas de los Santos que Shaw había vivido las virtudes cristianas de manera ejemplar, declarándolo Venerable. Sin embargo, para avanzar en su beatificación era necesario certificar un milagro, que se produjo con la recuperación de Matías, un niño de seis años que en 2015 recibió una patada de caballo en una finca cercana a Buenos Aires y no pudo recibir el tratamiento adecuado debido a la gravedad de la herida.

El padre del niño recurrió a la intercesión de Enrique Shaw, y la mejora fue confirmada por médicos en 2016 y 2018. Aunque Matías presentó algunos déficits neurológicos leves, actualmente lleva una vida normal, practica deportes y tiene buen rendimiento escolar.

En un mensaje dirigido a la Unión Industrial Argentina (UIA) en noviembre, el Papa León XIV destacó a Shaw como “un empresario que entendió que la industria no era sólo un engranaje productivo ni un medio de acumulación de capital, sino una verdadera comunidad de personas llamadas a crecer juntas”.

Subrayó que “su liderazgo se distinguió por la transparencia, por la capacidad de escucha y por el empeño para que cada trabajador pudiera sentirse parte de un proyecto compartido”. Además, afirmó que “en él, la fe y la gestión empresarial se unieron de manera armónica, demostrando que la Doctrina Social no es una teoría abstracta ni una utopía irrealizable, sino un camino posible que transforma la vida de las personas y de las instituciones al poner a Cristo como centro de toda actividad humana”.

El Papa resaltó que Enrique Shaw “promovió salarios justos, impulsó programas de formación, se preocupó por la salud de los obreros y acompañó a sus familias en sus necesidades más concretas”, y aclaró que “no concebía la rentabilidad como un absoluto, sino como un aspecto importante para sostener una empresa humana, justa y solidaria”.

También mencionó que en sus escritos y decisiones se nota la influencia de la encíclica Rerum Novarum, que exhortaba a los empresarios a “no considerar a los obreros como esclavos; respetar en ellos, como es justo, la dignidad de la persona, sobre todo ennoblecida por lo que se llama el carácter cristiano”.

Shaw enfrentó dificultades y persecuciones, siendo encarcelado durante tensiones políticas, pero afrontó esas pruebas con serenidad. Incluso en la enfermedad nunca abandonó su trabajo ni dejó de apoyar a sus empleados, ofreciendo su sufrimiento a Dios como acto de amor.

El Papa Francisco, que promovió la causa de beatificación, comentó: “Yo conocí gente rica y estoy llevando adelante acá la causa de beatificación de un empresario rico argentino, Enrique Shaw que era rico, pero era santo”. Añadió: “Una persona puede tener dinero. Dios se lo da para que lo administre bien. Y este hombre lo administraba bien. No con paternalismo, sino haciendo crecer a aquellos que necesitaban de su ayuda”.

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