La Feria de la Salada reabrió sus puertas tras permanecer clausurada debido a la detención de su administrados Jorge Castillo y tras detectarse serias irregularidades.
Los operativos encabezados por las fuerzas de seguridad culminaron con el decomiso de una gran cantidad de ropa apócrifa, además de detectar un importante número de trabajadores en negro.
Las condiciones que impuso la Justicia para la reapertura
Las primeras ferias en abrir fueron Urkupiña y Ocean, en tanto aún no se sabe cuándo lo hará Punta Mogote.
Además, se informó que la medida es transitoria y que a feria deberá adecuarse a los nuevos requerimientos de la Justicia para poder funcionar nuevamente de forma definitiva.
En primer lugar, los efectivos policiales incautaron miles de productos falsificados, entre ellos indumentaria y zapatillas que simulaban ser reconocidas marcas.
Por otra parte, los empleados deberán estar registrados, es decir, sus empleadores tendrán la obligación de ponerlos en blanco realizándoles los aportes correspondientes. Según se pudo detectar, la mayoría está en negro y, un número menor es monotributista.
La justicia también prohibió el uso de efectivo dentro de la feria y obligó a los comerciantes a operar mediante mecanismos bancarizados. Obviamente, ya no podrán vender ningún producto apócrifo.
También se individualizará a cada uno de los puestos que, además, deberán presentar un contrato de locación por cada espacio ocupado y tendrán que entregar un reporte contable mensual al Juzgado y al Ministerio Público Fiscal.
Por último, la Justicia ordenó que cada local cuente con la constancia impresa de su suscripción ante el ARCA bien visible y se deberá emitir el comprobante de venta. Es decir, cada persona que trabaje allí deberá estar inscripta en los organismos correspondientes.
Los alquileres de los puestos ya no serán de palabra y se exigirá la presentación del contrato correspondiente entre el inquilino y el propietario del espacio.
