Un chico de diez años fue acusado de manosear a dos compañeras de su escuela y, a raíz de esto, un grupo de padres prendió fuego su casa, ubicada en el barrio Jorge Newbery, en la ciudad bonaerense Mar del Plata. Su madre habló ante la prensa sobre el calvario que vive tras la acusación: esos adultos la golpearon y, debido al incendio, se quedó sin vivienda.

En diálogo con LU6 Radio Atlántica, explicó, entre lágrimas, que después de dejar a su hijo en el colegio, recibió un mensaje de la directora en el que la citaba para conversar sobre la denuncia.

"Cuando llegué, me dijo que dos alumnas habían ido a quejarse de que mi hijo las había tocado por arriba de la ropa. Yo como madre me pongo en el lugar de las otras madres y de esas nenas, pero también en el de mi hijo. Creo que todo esto se fue de las manos", relató.

Tras conocerse la noticia sobre el presunto episodio, un grupo de padres agredió a la mujer en la puerta de la Escuela Provincial Nº 21, donde asisten todos los involucrados. "Se juntaron todos los padres y empezaron a forcejear. ¡Me cag.. a palos, literal! Estoy viva de milagro, me tuvo que sacar la policía...", detalló.

A continuación, comentó el otro episodio violento que sufrió: "¡Prendieron fuego mi casa! Tengo dos hijas más y me dejaron en la calle, sin nada".

Respecto a la denuncia que pesa sobre su hijo, la mujer aseguró que no hay pruebas que lo demuestren y que espera la resolución de la Justicia. "No lo defiendo, pero le pregunto y él me dice que no les tocó un pelo. Es un nene y me parece que las cosas se fueron mucho de las manos", remarcó.

Sin embargo, reveló que el niño tiene problemas de conducta y que desde hace un año busca ayuda psicológica junto a los directivos de la escuela: "Le hacen bullying y lo molestan, no sabe como reaccionar y termina revoleando, empujando y pegando". 

"Le decían cosas de mí como ‘A tu mamá le doy, qué buen c... que tiene’. Cuando le corto el pelo, le dicen ‘Pelado botón’. Él no lo soporta y reacciona mal", añadió.

En otro momento de la nota radial, se refirió a la difícil situación en la que se encuentra por el incendio. "Me quedé con lo puesto, yo no molesto a nadie… Vendo ensaladas de fruta, pan casero, ropa interior. Me las rebusco", sostuvo la madre.

Acto seguido, concluyó: "La casa me había costado un sacrificio de diez años para que mis hijos tuvieran un techo y pudieran vivir tranquilos. No me meto con nadie y ahora estoy arruinada. Me arruinaron la vida".