Se cumplen 21 años del tsunami del sudoeste asiático: el recuerdo de una argentina sobreviviente

Carolina Verdabasso Blanco dio detalles de lo que atravesó en Tailanda en 2004, donde murieron su esposo y su bebé.
Por: #BorderPeriodismo

En la mañana del 26 de diciembre, el océano Índico fue el epicentro del desastre natural más devastador de la historia moderna: un movimiento sísmico frente a la isla de Sumatra, en Indonesia que generó un tsunami que afectó a más de una decena de países y se cobró la vida de más de 200 mil personas.

Las olas gigantes avanzaron tierra adentro con una fuerza devastadora. Indonesia fue el país más golpeado, especialmente la provincia de Aceh, donde murieron más de 170 mil personas. Sri Lanka y la India tuvieron decenas de miles de víctimas y enormes daños en zonas costeras, mientras que en Tailandia se registró una gran cantidad de muertes de turistas que vacacionaban en sus playas.

Carolina Vardabasso Blanco, una rosarina y diseñadora de interiores, es una sobreviviente de este desastre ya que al producirse el tsunami se encontraba de vacaciones en las islas Phi Phi, junto a su marido, Diego Talevi, y Bruno, su bebé de 12 meses, quienes lamentablemente fallecieron en ese destino turístico tailandés.

Cuando salieron de la habitación, el agua les mojaba los tobillo y poco después ya les llegaba a la cintura. Diego llevaba a Bruno en brazos. En un intento desesperado, se desvió hacia un costado y se sostuvo de un balcón, mientras que Carolina los perdió de vista en ese instante.

Luego el agua la golpeó fuerte contra escombros invisibles, la hizo girar y la cubrió por completo, arrastrándola unos ciento cincuenta metros. “Trataba de agarrarme, pero no tenía sentido. Ya no podía respirar. Y llegó el momento en que dije: ´bueno ya está´ y me entregué”, contó Carolina.

"Cuando abrí los ojos, tenía un techo arriba de mi cabeza y el agua abajo. Veía apenas un pedacito de luz: me sacaron desde un primer piso. En cuanto me enfrié y me bajó la adrenalina, me empezaron a doler las piernas y tuve un shock de fiebre. Tenía una pierna, un talón y la cara lastimados”, detalló.

Un día y medio después de su internación, llamó a su mamá, Teresa, para decirle que ella estaba bien. Pasaron varios días hasta que Carolina supo la verdad sobre su marido y su hijo. Su madre, quien le dio la terrible noticia. “Cuando me dijo que los habían encontrado ya lo sabía”, señaló.

“Una pareja amiga gestionó mi vuelta, primero al hospital de Singapur, donde estuve casi un mes y medio internada y después a Buenos Aires”. Ellos iban a viajar con Carolina y su esposo de vacaciones, pero como no consiguieron hotel cancelaron el viaje. “Se salvaron. Luego vinieron a Phuket y se quedaron hasta que encontraron los cuerpos”, recordó.

Cuando regresó a Buenos Aires, Carolina contó que lloró mucho y que llegó a hacer terapia hasta cuatro veces por semana. La perseguía un sentimiento de culpa. "Con el tiempo entendí que no había nada que pudiera haber hecho. Que simplemente me tocó”, cerró su relato.

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