La última encuesta de la consultora Analogías, que circuló en las oficinas de San José 1111, expuso un empate incómodo entre La Libertad Avanza y el peronismo. Según el relevamiento, más del 50% de los consultados afirmó que no votaría bajo ninguna circunstancia a un candidato de Javier Milei ni a uno ligado a Cristina Kirchner, Sergio Massa o Axel Kicillof.
El estudio, realizado entre el 12 y el 14 de julio a nivel nacional, abarcó 2.818 casos efectivos recolectados por vía telefónica. El 52,2% de los encuestados aseguró que no votaría a ningún candidato de LLA, mientras que el 54,2% expresó lo mismo respecto al peronismo. Por el margen de error del sondeo, de ±2%, se trata de un empate técnico.
Paridad en la intención de voto
La encuesta también reveló una paridad en la probabilidad de acompañamiento. Sumando las respuestas de quienes consideran “muy probable” y “bastante probable” votar por alguno de los dos espacios, ambos obtienen cerca del 35%. No obstante, el peronismo parte de un piso más alto: el 22,8% lo ve como una opción muy probable, frente al 17,2% de los libertarios.
En el segmento que considera “poco probable” inclinarse por esos espacios también hay una diferencia mínima. El 4,6% se expresó así respecto a Javier Milei, mientras que el 6,1% lo hizo sobre el peronismo. Las cifras refuerzan la imagen de estancamiento electoral que atraviesan los dos principales frentes.
Caída en la imagen presidencial
Además del rechazo, el informe de Analogías refleja un deterioro en la imagen del Gobierno nacional. La percepción positiva de la gestión se mantiene estable, rondando el 37%, pero crece el rechazo entre quienes estaban indecisos. En total, la desaprobación llega al 46%.
En cuanto a la figura del presidente Javier Milei, su imagen también se resintió. Por primera vez desde marzo, la percepción negativa superó a la positiva: el 49,7% lo desaprueba, frente al 44,2% que todavía lo valora favorablemente. La caída de casi 5 puntos en su imagen positiva marca un quiebre en la tendencia de meses anteriores.
Este escenario, en el que los principales espacios políticos concentran tanto rechazo como adhesiones débiles, deja abierto el panorama hacia adelante. La polarización se sostiene, pero sin liderazgos fuertes ni entusiasmo claro. Ni el oficialismo ni la oposición logran capitalizar el descontento social en forma contundente, y figuras como Cristina Kirchner tampoco logran revertir la tendencia negativa en la percepción del electorado.