El miércoles 6 de agosto comienza en los tribunales de Campana el juicio que Julieta Prandi le inició a su exmarido, Claudio Contardi, a quien denunció en 2019.
Después de años de denuncias, y una investigación judicial que incluyó medidas de protección, el empresario será juzgado por abuso sexual con acceso carnal agravado, en un contexto de hechos reiterados que, según la acusación, provocaron un grave daño en la salud mental de la modelo.
Contardi llegará al debate bajo arresto domiciliario y con tobillera electrónica. El proceso se desarrollará ante el Tribunal en lo Criminal N°2 de Zárate-Campana, con la intervención del fiscal Christian Fabio, quien llevó adelante la investigación. La querella estará a cargo del abogado Fernando Burlando y su equipo.
Prandi podría ser la primera testigo del juicio. Desde su entorno legal confirmaron, según la información de TN, que la modelo prestará declaración ante los jueces para relatar las situaciones de violencia y abuso que denunció públicamente y ante la Justicia hace seis años.
El juez Luciano Marino fue quien firmó la elevación a juicio luego del trabajo de la UFI N°4 de Escobar. Rechazó el pedido de sobreseimiento de Contardi, le impuso una prohibición de acercamiento a 300 metros de Prandi y un embargo por 100 millones de pesos.
La defensa de Contardi había solicitado un juicio por jurados, pero finalmente desistieron de esa opción. Así, el debate será llevado adelante por un tribunal técnico y está previsto que se realice en dos jornadas, este miércoles 6 y el jueves 7 de agosto.
El calvario que vivió Julieta Prandi
En un principio, la actriz decía que su relación con Claudio Contardi había llegado a su fin porque “ya no se elegían como pareja”. Pero con el correr de los meses, comenzó a animarse a contar lo que realmente había vivido.
“Me empezó a seguir, me controlaba los horarios, me decía que era peligroso que manejara. Después vinieron los insultos, las amenazas con mi familia y mis amigas, hasta que me fui quedando sola. Luego empezó a manejar mis cuentas, compraba y vendía cosas sin consultarme. Me sacó 22 años de trabajo y todo lo que tenía en mi caja de seguridad”, reveló en mayo de 2019 en el programa PH, Podemos Hablar.
También contó que vivió episodios de violencia física: “Me tiraba del pelo, me ponía el puño en la cara y me decía que si fuera un hombre no me dejaba un hueso sano. Me asustaba sin dejar marcas”. Además, afirmó que lo que la hizo "abrir los ojos" fue ver a su hijo mayor sufrir igual que ella. "Me vi reflejada en él”, expresó.
“Hubo una causa penal en la que uno de mis hijos fue víctima de una situación muy grave con una persona del entorno de su padre. Él no le creyó. Mateo tuvo que soportar todo eso. Hasta pidió sacarse el apellido”, aseguró.

“Todo era un problema. Me decía que me cuidaba, pero en realidad me controlaba. Un día estás presa en tu propia casa. Me fui apagando. Cada vez estaba más triste, más perdida. Hasta que un día decidí que tenía que hacer algo, aunque doliera”, expresó.
Finalmente, en ese momento, explicó: “Me tuve que ir de mi propia casa con mis nenes porque él no quería irse. Me alquilé un departamento, y ahora los tiempos están divididos para que los vea".