La tragedia de Tres Arroyos conmocionó a la comunidad y las autoridades intentan reconstruir las circunstancias del hecho. Los primeros indicios apuntan a que Fernando Dellarciprete convivió con las víctimas hasta el momento en que cometió el triple crimen y luego se suicidó.
El 10 de abril, menos de dos meses antes del horror, Rocío Villarreal compartió en Facebook una imagen familiar tomada en un mirador de Tandil. En la foto aparecen ella, Fernando y los dos niños, todos sonriendo bajo el cielo nocturno.
Rocío se dedicaba a realizar masajes en su domicilio y también vendía sahumerios, actividades que solía promocionar a través de sus redes.
En sus publicaciones era habitual ver imágenes de momentos compartidos con su familia: celebraciones, viajes a la playa y jornadas de camping. En diciembre de 2024, había mostrado cómo celebraron la Navidad en familia.
Por su parte, Fernando Dellarciprete no mantenía una activa presencia en redes sociales. Su último movimiento fue el 16 de abril, cuando actualizó su foto de portada con una imagen de su familia al estilo “Ghibli”, generada mediante inteligencia artificial.
Sus perfiles también reflejaban su gusto por el ciclismo, el surf y, especialmente, su pasión por los cuatriciclos. Numerosas fotos lo muestran compitiendo y recorriendo médanos con este vehículo.
La investigación se encuentra en manos de la Unidad Fiscal de Instrucción N° 3 de Necochea, que lleva adelante la causa por “homicidio seguido de suicidio”. Además, la UFI N° 6 de Tres Arroyos abrió un expediente específico por la muerte de Villarreal.
La Policía Científica de Necochea desplegó operativos en tres puntos vinculados al caso: el domicilio familiar, un campo cercano a la ruta y el sitio donde se encontró el cuerpo del femicida.
Tras confirmarse las identidades de las víctimas, la Escuela Agropecuaria a la que asistían los niños suspendió sus actividades en señal de duelo.