Corrientes amaneció este lunes con un reclamo fuerte que sacudió los despachos nacionales. El gobernador Gustavo Valdés desafió al nuevo ministro del Interior, Lisandro Catalán, a moverse del escritorio de Casa Rosada para acercarse al país real: “Tenés que levantar el culito de la silla y comenzar a viajar al interior”, declaró sin tapujos a Radio 10.
Para Valdés, la mesa política que el oficialismo presenta como canal de diálogo se limita, en la práctica, a gestos en redes sociales. “Una sobreactuación”, dijo, “porque nadie llamó”. Señaló que ya pasó una semana de los comicios en Buenos Aires y quince días de las elecciones en Corrientes, pero no recibió contacto alguno desde el Gobierno nacional ni siquiera para empezar a coordinar.
Críticas al estilo centralista
El mandatario radical no sólo apuntó contra la ausencia de comunicación, sino también contra la forma en que el poder se entiende desde Buenos Aires. “Muchos creen que el Obelisco es más grande que la Argentina. Pero la Argentina es más grande que el Obelisco”. Esa frase resume su diagnóstico: hay una desconexión real entre el centro y las provincias, entre la Casa Rosada y los gobernadores de a pie.
Para Valdés, el ministro Catalán tiene una responsabilidad particular: con el cargo viene la obligación de estar presente, de recorrer ciudades, productores, municipios. No desde un despacho, sino con viajes, reuniones presenciales, contacto directo. “Si sos ministro del Interior, esos viajes se pueden hacer dedicando medio día“, planteó.
El trasfondo político no se quedó afuera del reclamo. Valdés alertó que la derrota del oficialismo en Buenos Aires y en Corrientes no sólo es un titular: impacta en la credibilidad del Gobierno. “No basta con anunciar mesas políticas. Si no se puede articular, trabajar con gobernadores, el plan más sensato no funciona.”
En paralelo, reafirmó su postura en el Congreso: Corrientes acompañará leyes como la de emergencia pediátrica y financiamiento universitario, rechazando el veto presidencial a esos proyectos. “La universidad pública es el corazón del progreso de un país; Argentina necesita más profesionales, no menos”.
Una llamada al compromiso institucional
Valdés terminó su intervención con una premisa clara: La política no puede ser espectáculo ni sólo pantalla. “¿Por qué no vienen ellos? No les cuesta nada”, lanzó sobre la posibilidad de que Catalán o Francos lo inviten a Casa Rosada. Pero lo que reclama no es invitación formal, sino un cambio de método: más viaje, menos discurso; más gestión con las provincias, menos autofelicitaciones digitales.
