Aguas Blancas, una pequeña localidad en la frontera con Bolivia, tiene más votantes que habitantes. La justicia federal investiga un padrón inflado, miles de domicilios ambiguos y una posible red de empadronamientos irregulares que podría alterar el resultado de las elecciones municipales.
En el norte de Salta, donde el río Bermejo marca el límite con Bolivia, un municipio de apenas 3.648 habitantes según el último censo se convirtió en el epicentro de una investigación electoral sin precedentes. Aguas Blancas, fundada como comuna en 2015, figura en los registros oficiales con 5.736 electores habilitados para votar. Es decir, un 57% más de votantes que de residentes.
La orden del fiscal
El fiscal federal con competencia electoral en Salta, Ricardo Toranzos, ordenó un relevamiento exhaustivo del padrón. La tarea incluyó visitas casa por casa, imágenes aéreas captadas por drones y el cruce de datos entre el RENAPER, el INDEC y la Secretaría Electoral. El resultado fue contundente: más de 2.000 inscripciones irregulares y más de 3.000 votantes registrados en domicilios que no existen o no pueden verificarse.
“Esto distorsiona la representación democrática y el uso de recursos estatales”, señala el informe preliminar de la fiscalía. La hipótesis principal apunta a ciudadanos bolivianos que cruzan la frontera para gestionar el DNI argentino, acceder a subsidios y quedar empadronados en Aguas Blancas. Durante las elecciones presidenciales de 2023, se registraron entre 300 y 400 ingresos desde Bolivia por jornada electoral.
El caso se originó en 2023, tras una denuncia del dirigente político Santiago Alberdi, quien advirtió sobre largas filas en el paso internacional los días de votación. Según su presentación, se trataba de “votos golondrina” a cambio de dinero, facilitados por gestiones irregulares de residencia y nacionalidad.
En 619 metros, 793 votantes
Las calles más comprometidas son 20 de Febrero, 25 de Mayo, 9 de Julio y Rivadavia. En la primera, de apenas 619 metros, figuran 793 votantes. En la segunda, 729. En todas ellas abundan terrenos baldíos, depósitos y hoteles, pero escasean las viviendas familiares. “Hay domicilios sin numeración y registros que no se corresponden con la realidad urbana”, explicaron desde el equipo de investigación.
Aguas Blancas no solo enfrenta una crisis electoral. Desde 2024, el municipio está intervenido por la Legislatura provincial, tras la detención del ex intendente Carlos Alfredo Martínez, acusado de obstruir una causa penal vinculada al asesinato de su hermano. Antes, otro jefe comunal había sido condenado por abrir un paso clandestino hacia Bolivia.
Este año, la localidad volvió a ser noticia cuando la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, eligió el lugar para instalar la primera columna del alambrado fronterizo del Plan Güemes. La medida, destinada a frenar el contrabando y el cruce ilegal de personas, generó rechazo en Bolivia y tensó aún más el clima en la frontera.
Con elecciones municipales en el horizonte y un padrón que desafía la lógica demográfica, Aguas Blancas se convirtió en símbolo de una frontera porosa, donde la política, la identidad y la representación democrática se entrecruzan en cada voto.